En México solo 7 % de los productos de harina están fortificados adecuadamente, señaló un reporte presentado hoy por la Fundación Changing Markets y Proyecto AliMente.
El informe, titulado «¡Al grano! ¿Qué marcas de harina incumplen con la normativa de fortificación mexicana?», analizó 343 muestras de 61 productos de las marcas de harinas de maíz y trigo más populares de México.
De acuerdo con Alice Delaemare, investigadora de Changing Markets, la investigación demostró que más de 90 % de los mismos no están adecuadamente fortificados.
«El grave problema es que los mexicanos no están recibiendo los beneficios de estos productos, pues no tienen los nutrientes recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)», detalló a Efe Delaemare.
Del mismo modo, la investigadora señaló que pese a que el maíz representa 72 % del consumo de granos en México, ninguno de los productos de este ingrediente están debidamente fortificados con micronutrientes.
La adición de esos nutrientes, en un país con altos niveles de anemia y desnutrición, es «una medida eficaz en la lucha contra estos problemas», dijo.
De acuerdo con los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 2018 la anemia sigue siendo un problema en México y al menos la mitad de los casos de anemia infantil se pueden atribuir a la carencia de hierro.
El problema, señaló Delaemare, es que las empresas no explican las razones por las que no fortifican estas harinas. Sin embargo, explicó que una posibilidad es el costo que implica la adición de micronutrientes a este tipo de productos.
«No obstante, el costo de la fortificación resulta extremadamente bajo respecto a los beneficios que se obtienen», aseveró.
Pese a que la fortificación de este tipo de productos en México es una obligación para las empresas, esto no se cumple.
La legislación mexicana obliga a las empresas a fortificar las harinas de trigo y maíz con hierro, zinc, ácido fólico y vitaminas del complejo B.
En ese sentido, Yatziri Zepeda, integrante del Proyecto AliMente, señaló que autoridades como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) han tenido un desprecio por el cumplimiento a la Norma Oficial Mexicana 247.
«Las empresas saben que existen repercusiones si no cumplen con la norma, pero también saben que no hay sanciones», aseveró.
Explicó que, de acuerdo con información proporcionada por la Cofepris, 40 % de las muestras de harinas de maíz y trigo cumplen con esta Norma.
«Pero no dicen cuáles son esas marcas. Nosotros encontramos que solo tres marcas están bien fortificadas; el resto no ya sea por su compuesto o porque los niveles de micronutrientes no son los adecuados», dijo.
Indicó que el organismo gubernamental no ha realizado los estudios suficientes en los últimos años para identificar a las empresas que incumplen con fortificar las harinas de trigo y maíz.
Detalló que mientras en 2011 la Cofepris analizó 178 muestras de estos productos, para 2017 el número de análisis se limitó a tres, «mientras que nosotros analizamos 350 muestras».
Finalmente, ambas especialistas dijeron que las autoridades mexicanas deben mejorar los controles sobre la empresas de harinas y exigir el cumplimento de la Norma.
Además, dijeron que las empresas que no están cumpliendo deben responder a los hallazgos de este informe y explicar cómo van a corregir sus prácticas.
Señalaron que es necesario corregir los fallos que afectan a la fortificación de harinas y otros alimentos suministrados por programas de bienestar social y consumidos por la personas más vulnerables.
Asimismo, dijeron que el nuevo Gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene la oportunidad de mejorar la salud y nutrición del pueblo mexicano «si asume el control que dejó la administración pasada», concluyó Delaemare.