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Las ojeras de Andrés Manuel en la mañanera de Monterrey

Es verdad, Andrés Manuel, como dijo no sé quién, gozas del privilegio de tener un trabajo que te gusta tanto que no necesitas vacaciones.

Sin duda, presidente López Obrador, tomas pocos días de descanso porque, como afirma el refrán popular, la mejor almohada es la de la conciencia sana.

No necesitas alejarte de tus obligaciones durante largos periodos para recuperar fuerzas porque, ya se sabe, todos los días son vacaciones para la persona que disfruta su trabajo, y es tu caso.

Y quizá sientes que no te hacen falta más días de reposo porque te ríes bastante —se nota en tus mañaneras— y es que, tal como dijo Milton Berle, “la risa son unas vacaciones instantáneas”.

Según Eleanor Roosevelt —o según Mark Twain—, “no necesitamos más vacaciones, sino más vocación”. Naciste para el servicio público, y quizá esa es la razón por la que no crees en las vacaciones formales.

Sabes muy bien, Andrés Manuel —cito a Walter Scott—, que “descansar demasiado es oxidarse”, y por eso descansas más bien poco…, pero creo que demasiado poco.

Nunca te vi más cansado, Andrés Manuel, que en la mañanera de Monterrey

Quizá por el viaje a la Sultana del Norte, tal vez porque te deprimió encontrar a un Nuevo León ensangrentado, o simplemente porque dormiste menos de lo que acostumbras —tu equipo organizó la conferencia de prensa en el Campo Militar, a más de media hora de tu hotel, y no en el Palacio de Gobierno, a cinco minutos de donde pernoctaste—, lo que sea, el hecho es que te vi en la transmisión de la mañanera más cansado que en cualquier otro momento.

No necesitas descansar de más, Andrés Manuel, eso es cierto, pero debes reposar al menos un par de días.

Disfrutas el trabajo, pero te hace falta dormir un poco más, inclusive bastante más.

Hazle caso a John Steinbeck: “El arte del descanso es una parte del arte de trabajar”.

“De vez en cuando desaparece”, Andrés Manuel, como sugería Leonardo da Vinci, que cuando tomaba distancia de su trabajo, podía con mayor facilidad ver la armonía y la proporción que plasmó en obras maestras que han maravillado a la humanidad entera.

Respetuosamente, querido presidente, te suplico que te alejes unos días del Palacio Nacional, de las giras, de las reuniones. Descansa en tu rancho de Chiapas.

Andrés, deja un fin de semana el gobierno en las manos eficaces y responsables de la jurista Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación; del experimentado político Alfonso Durazo, secretario de Seguridad, del sapiente —en el sentido académico de la palabra— reumatólogo Jorge Alcocer, secretario de Salud, y del resto de tu equipo.

Si te desconectas domarás —aunque no eliminarás, claro que no— a esas ojeras, que son —lo leí en un diario español— “tu propia vida acumulada en imágenes”, y que por lo mismo sirven para diagnosticar que necesitas dormir mucho más para que, después del descanso, seas capaz de percibir con mayor claridad lo que se debe hacer para superar los grandes problemas de México.

@FedericoArreola

Fuente:

Vía / Autor:

Federico Arreola

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Autor: stafflostubos
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