Suplico me perdonen si no empiezo con la expresión “presente” que, desde niño, invariablemente he visto en las cartas correctamente escritas.
Admito que nunca he sabido —desde luego, no lo he investigado— por qué en las cartas se utiliza la palabra “presente” debajo del nombre del destinatario.
Menos aún sé si al enviar la misiva a dos personas al mismo tiempo se deba usar “presentes” o si se mantiene el “presente”. Qué problema.
En fin, creo que no me estoy expresando con claridad, pero no importa porque no es sobre semejante duda que les escribo, señor presidente de México, señor director del Fondo de Cultura Económica. Lo que me preocupa en este momento es otra cosa.
Empiezo por decir que tengo la esperanza de que en la Constitución Moral que un equipo de especialistas va a redactar pronto, se incluya entre los valores fundamentales a los principios elementales de la ciencia, como el de la objetividad.
En ese sentido me espantó lo que leí en el diario El Economista acerca de la revista El Trimestre Económico del Fondo de Cultura Económica.
Citaré a uno de los colaboradores del periódico dirigido por Luis Miguel González, el economista Isaac Katz, un académico neoliberal del ITAM que por cierto, me cae mal y que no me parece un tipo particularmente listo, pero eso sí, es bien mamón, tanto como para presumir en la biografía mínima que da a conocer el mencionado diario, que él es Caballero de la Orden Nacional del Mérito de la República Francesa.
El hecho es que Katz esta vez debe ser leído con todo cuidado, ya que denuncia un crimen contra la objetividad científica:
√ El Trimestre Económico: “Es una tragedia lo que van a hacer con El Trimestre Económico, revista editada por el Fondo de Cultura Económica”.
√ “Desde su fundación en 1934 por Daniel Cosío Villegas y Eduardo Villaseñor, esta revista académica reconocida internacionalmente como la mejor en el idioma español, ha sido un foro para la publicación de artículos teóricos y empíricos sobre aspectos económicos relevantes para América Latina”.
√ “En estos 85 años han publicado autores de diferentes países y paradigmas”.
√ “El requisito para que un artículo fuese aceptado para su publicación era que cumpliera con una sólida metodología de análisis, evaluado por un consejo editorial y por dictaminadores independientes y diversos, conformado por economistas de diferentes universidades”.
√ El horroroso neoliberalismo: “Siguiendo la línea de AMLO de que todo lo malo que sucede es culpa del neoliberalismo, Francisco I. Taibo, director del FCE, decidió expulsar de la revista ‘el pensamiento neoliberal’ y nombró a Julio Boltvinik como el nuevo director de la revista, quien acusó al neoliberalismo y a los artículos publicados en esta de autismo (insultando de paso a todos quienes lo padecen), además de señalar que el nuevo comité editorial sólo dedicará espacio al neoliberalismo ‘para debatirlo a fin de probar que es insostenible’…”.
√ “Una verdadera tragedia hacer de una revista puramente académica un instrumento de propaganda ideológica de la 4T”.
Señor presidente de México, señor director del FCE:
No permitan tan monstruoso crimen intelectual. El Trimestre Económico debe seguir siendo una revista abierta a todas las ideas, coincidan o no con el pensamiento de quienes hoy gobiernan México.
Está bien debatir el neoliberalismo, pero debe hacerse con estudios a favor y en contra. Y, desde luego, no solo el neoliberalismo debe ser debatido: también la doctrina opuesta, que ignoro cómo se llame y que supongo —valdría la pena conocer a sus teóricos— guía las decisiones del actual gobierno mexicano.
Ninguna teoría —ningún canon académico, ningún precepto filosófico, ninguna doctrina científica— es totalmente cierta ni ninguna es totalmente falsa. Todas deben analizarse no solo con elemental objetividad, sino también —y sobre todo— sin ganas de aplastar por puro apasionamiento ideológico a las formas de pensamiento que no coinciden con la nuestra.
El proyecto de que en la revista del FCE “el nuevo comité editorial sólo dedicará espacio al neoliberalismo ‘para debatirlo a fin de probar que es insostenible’…”, eso, ¡carajo!, además de absurdo, es absolutamente contrario a los valores de la ciencia.
@FedericoArreola
