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Señor Junco: ¿lo intimida el SAT? Por favor, no alarmemos: eso no es posible

“En algún momento ya no entiendo nada, entonces me detengo”. Michael Rapoport, matemático

“Usan al SAT para intimidar a Reforma”

Es la cabeza una de las notas de portada, este viernes 8 de marzo, de los diarios Reforma, de la Ciudad de México; Mural, de Guadalajara, y El Norte de Monterrey.

La historia es esta:

√ “En lo que puede interpretarse como un intento por presionar la labor periodística de esta casa editora, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) citó ante las autoridades a Alejandro Junco de la Vega, presidente de Grupo Reforma, y a su esposa, Rosa Laura Elizondo, como accionistas, por una supuesta diferencia de 12 mil pesos en el ejercicio fiscal de hace cuatro años de la empresa”.

√ “Los dos accionistas de Grupo Reforma fueron citados para acudir personalmente a las oficinas de la Auditoría Fiscal Federal en Nuevo León ayer a través de un oficio con la palabra ‘Urgente’ sellada en rojo’…”.

√ “No es común que el SAT cite a socios de sociedades anónimas para supuestas aclaraciones fiscales mínimas y rutinarias”.

√ “En los 97 años de vida de esta casa editora, la autoridad fiscal nunca había citado —personalmente— a accionistas: a la empresa, docenas de veces”.

√ “El citatorio a Junco de la Vega ante la autoridad ocurre tras 97 días del inicio de la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador, quien ha calificado reiteradamente a Grupo REFORMA de ‘prensa fifí’ y ‘conservadora’, portadora del ‘neoliberalismo’…”.

No es así, claro que no

No creo que se trate de un acto intimidatorio de parte de la jefatura del SAT ni, tampoco, de la Presidencia de México. No tiene sentido. Evidentemente, el asunto, bastante menor, es una tontería. Como dice la nota, quedó resuelta cualquier duda que tuviera alguien en la dependencia. Alguien, un funcionario de nivel medio, no la jefa Margarita Ríos-Farjat.

Conocí a Margarita hace años, en Monterrey. La busqué para invitarla a escribir en SDP Noticias acerca de temas fiscales. Había leído sus artículos en Grupo Reforma y me pareció una especialista que dominaba el tema, y que además escribía muy bien, bastante lógico esto último ya que ella ha ganado premios de poesía.

Margarita no aceptó mi propuesta —que no implicaba necesariamente dejar los diarios de la familia Junco— para no correr el riesgo de enemistarse con los editores de El Norte y Reforma. En la plática, en un café de la Colonia del Valle, la señora Ríos-Farjat expresó su respeto y lealtad hacia los diarios presididos por Junco de la Vega y su admiración en relación a este empresario, siempre un hombre admirable por trabajador, valiente y comprometido con el buen periodismo.

Antes de empezar a trabajar en el SAT, Margarita dejó sus colaboraciones en El Norte y Reforma.

Una mujer de principios, que además ha formado parte de la familia periodística del Grupo Reforma, no se va a prestar a actos de intimidación contra Alejandro Junco y Rosa Laura Elizondo. Menos aún el jefe de Ríos-Farjat en el gobierno —esto es, el presidente Andrés Manuel López Obrador— le pedirá a ella una actuación de esa naturaleza. Creo que está claro que entre sus defectos, Andrés no tiene el de autoritario.

Andrés Manuel, ante todo, es un liberal. Esto es, cree en las libertades, en especial la de expresión. Cuando alguna crítica le molesta, responde con palabras. De ahí no pasa. El debate es lo suyo. Cuando llama “fifí” a la prensa, particularmente a Reforma, el presidente López Obrador no agrede: simple y sencillamente ejerce su derecho de réplica.

Alejandro Junco sabe que su periódico es el más importante de México, sobre todo en el arranque de la 4T, por la enorme publicidad que AMLO le regala al menos una vez a la semana en las conferencias de prensa mañaneras. Así que no, no está el gobierno intimidando a El Norte, Reforma y Mural. Seguramente se trató de la acción de un burócrata menor.

Como dijo el matemático Rapoport, “en algún momento ya no entiendo nada, entonces me detengo”. Si a Junco de la Vega le pareció difícil de entender el citatorio del SAT, debió haberse detenido a pensar un poco más. Esto es, no debió haberse acelerado ordenando la publicación de una denuncia escandalosa: debió más bien haber pedido una aclaración. Se la habrían dado… y se habría ahorrado la comparecencia en el Servicio de Administración Tributaria.

Esto es, al señor Junco le habría convenido recurrir a la famosa Navaja de Ockham: aquel principio que establece que la explicación más sencilla es la mejor. El acelere de un funcionario menor explica muy bien lo que pasó. ¿Intimidación a una empresa periodística? Por favor, Margarita Ríos-Farjat es seria, López Obrador también. Ni la jefa del SAT ni el presidente de México harían algo tan perjudicial para el propio gobierno. ¡Y por una discrepancia de 12 mil pesos!

@FedericoArreola

Fuente:

Vía / Autor:

Federico Arreola

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Autor: lostubos
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