Dorlan Pabón es el abanderado del equipo de Alonso, pero también uno de los históricos de Rayados que reclama un título de los buenos, esos que marcan a fuego una trayectoria.
Con su doblete ante Kansas, Dorlan se me metió entre los cuatro goleadores más importantes del club junto a Suazo, Bahía y De Nigris, un logro que se endulza más si se compara con tres ex matones, toda vez que el colombiano es un delantero más periférico.
Pabón no habita en el área, más bien la frecuenta muy seguido, que es muy diferente. De impecable disparo de media distancia, es el único que utiliza más este recurso cuando se topa con defensas cerradas.
Pero Pabón es mucho más que un goleador. De hecho, carga con esa etiqueta desde su función de reparto que, para efectos productivos y colectivos, es tan o más importante que los goles mismos.
Dorlan hoy es el factor de quiebre de Rayados. Es la pura verdad en un ataque que se apoya con determinación por la banda derecha por lo que resuelve él y por esa combinación aceitadísima que tiene con su paisano Stefan, quizás la mejor sociedad que presume el equipo al momento de avanzar escaleras arriba.
Si Medina se proyecta, Pabón siempre está dispuesto a abrirle paso. Hace ancha la cancha para la descarga o se cruza para ser una opción de pase por adentro, siempre cooperando sin egoísmos para potenciar al compañero.
Pero también es un asistidor deluxe. Funes Mori necesita mucho de Pabón para que el balón le llegue a la cabeza o al pie. De pegada precisa, el colombiano pone centros donde el Mellizo, Nico Sánchez o Montes los esperan, por citar a los receptores más recurrentes de sus pases al área con pelota en movimiento o parada.
Pabón ha desafiado a competidores por el puesto y a distintos técnicos, pero su regularidad siempre tuvo mucho valor agregado. Si algo tiene, además de gol, es constancia.
Forma parte de la generación que no ganó nada o, mirado desde otro vértice, perdió todo. O casi todo, por esa Copa MX que logró con Mohamed después de dejar en manos de Tigres aquel título de Liga en diciembre de 2017.
Dorlan seguirá insistiendo por ganar algo bueno con Rayados. Hace méritos desde lo individual para que el equipo crezca en lo colectivo. Tiene una nueva Final a la vista y podría ser contra Tigres. Para él no será una revancha nada más. En todo caso, será un objetivo a conquistar, de esos que consagran una carrera, tal y como se lo exige su perseverancia.
Fotografía: Karina González.
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