El Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos avaló como representante permanente de la Asamblea Nacional de Venezuela a Gustavo Tarre, quien fuera designado por el autoproclamado presidente encargado, Juan Guaidó.
La referencia a Tarre como representante de la Asamblea Nacional fue propuesta por el representante de Jamaica, como alternativa al texto original de Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Paraguay y Perú, que lo describía como representante de la República Bolivariana de Venezuela.
Los países opositores al gobierno de Nicolás Maduro se vieron forzados a aceptar la reformulación de su propuesta para alcanzar el mínimo de 18 votos para su aprobación. Sin embargo, el embajador colombiano, Alejandro Ordoñez, descartó el principio de «reconocimiento parcial» en la resolución, al asegurar que la Asamblea Nacional encabezada por Juan Guaidó es la única institución venezolana legítimamente electa.
En enero, la OEA se pronunció en contra del inicio del segundo mandato de Nicolás Maduro al frente de Venezuela por considerar que su reelección de 2018 se concretó en el marco de un proceso fraudulento.
México votó en contra de designado por Guaidó
Pese a la incorporación de Tarre como representante de la Asamblea opositora al gobierno de Maduro, el Consejo de la OEA mantiene dentro de sus filas al representante legal de la República Bolivariana de Venezuela, que, junto con otros 8 países, entre ellos México, votó en contra del proyecto de Jamaica.
En total, la resolución fue aprobada con 18 votos a favor (Argentina, Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, y Santa Lucia), 9 votos en contra (Antigua y Barbuda, Bolivia, Dominica, Grenada, México, San Vicente y las Granadinas, Suriname, Uruguay y Venezuela), 6 abstenciones (Barbados, El Salvador, Guyana, Nicaragua, San Kitts y Nevis, y Trinidad y Tobago) y un país ausente (Belize).
En su intervención, el embajador mexicano Jorge Lomónaco indicó, en un tono irónico, que la referencia a Tarre puede crear un precedente para que “el poder judicial mexicano y el poder legislativo mexicano aspiren a tener su propio representante”. Además, coincidió con el resto de los países que votaron en contra que el tema debió haber sido resuelto en una sesión del Consejo General con la votación de mayoría mínima de 24 votos.
Con información de AP
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