La secta NXIVM recurrió al espionaje informático contra sus enemigos y contra quienes ponían en duda que se tratara de un grupo de autoayuda, reveló una testigo, en el juicio que enfrenta en Nueva York el líder de la asociación, Keith Raniere.
La testigo, de nacionalidad mexicana e identificada como Daniela, dijo que uno de los principales blancos del espionaje fue el millonario Edgar M. Bronfman, quien murió en 2013, pero 10 años antes se había referido a NXIVM como “un culto”, en una entrevista que concedió a la revista Forbes.
En represalia, gente de Raniere habría hackeado la computadora de Bronfman y espiado sus correos electrónicos, según declaraciones de Daniela durante la audiencia de este martes, reportó el diario The New York Times.
La sorpresa vino cuando la testigo declaró que fue la propia hija de Bronfman quien instaló un software espía en la computadora de su padre, ya que ella también tenía un alto rango en NXIVM.
Daniela dijo que averiguó la contraseña de la cuenta de Bronfman y pudo leer toda su correspondencia. Confesó que “revisaba metódicamente cada uno de sus correos”, y cortaba y pegaba los correos electrónicos en un archivo, los transfería a una unidad USB y luego se los entregaba a Raniere.
El rotativo recordó que Bronfman fue presidente de la Compañía Seagram, además de filántropo y presidente del Congreso Judío Mundial. Sus hijas Clare y Sara se unieron al supuesto grupo de autoayuda de Raniere.
Tras observar el comportamiento y actividades de sus hijas, Bronfman dijo en 2003 a Forbes que le preocupaba el tiempo, dinero e inversión emocional que ellas estaban poniendo en esa organización. Fue cuando calificó a NXIVM como “un culto”.
Raniere, ahora de 58 años, enfrenta un juicio por acusaciones de extorsión, robo de identidad, trabajo forzado, lavado de dinero, fraude electrónico y tráfico sexual.