Por Obed Campos.
Nadie, ni el gobernador Jaime Rodríguez “El Bronco”, ni los alcales, ni los diputados, ni la Profeco ni la Comisión Reguladora de Energía han levantado la voz para condenar el mal trato que da Gas Natural Fenosa, o Naturgy, a su clientela cautiva en Monterrey.
Es estúpido pensar que en una ciudad metropolitana de casi cinco millones de habitantes, se baste con una sola oficina para dar atención al cliente.
Como digo, impunemente, porque nadie se le enfrenta, la empresa española, cerró por sus puras pistolas 10 de los centros de atención al cliente, y dejó habilitado solamente uno, el más incómodo porque no cuenta ni con estacionamiento.
Por lo visto los gachupines dueños de esta empresa se mandan solos y no le temen ni a Dios padre.
Tienen casi 20 años cobrando lo que se les da la gana por el servicio, que no por el gas, porque este sale barato.
Han hecho un saqueo de México peor que el que se vivió en la colonia de la Nueva España.
Y dicen ahora que el servicio al cliente lo manejarán vía telefónica con un “call center”… Si en persona no se resolvían los conflictos, pobres de nosotros los clientes y a ver a qué santo nos encomendamos.
Únicamente dos mujeres han demostrado el valor que se necesita para denunciar este tipo de abusos en contra de la población.
La activista Alicia Ayala exigió que la Profeco actúe en defensa de los usuarios. Y la otra activista, Liliana Flores Benavides, trae el tema desde el principio con las mismas exigencias.
Dos mujeres… ¿Y los demás?