Por Obed Campos.
Si vive usted en Nuevo León, o en cualquier parte de la república, y compró un vehículo de medio uso, pero importado, le recomiendo que busque un experto de la Secretaría de Hacienda para que le verifique los documentos de su pedimento de importación.
¿Por qué? Ah, porque por alguna razón ciega, andan circulando muchos vehículos, y no de los baratos, sino de reciente modelo, con pedimento de importación apócrifo, por ejemplo, cuyo número ampara la importación de una licuadora, pero fue modificado para amparar un vehículo “chocolate”.
El asunto es grave, porque en los institutos estatales de control vehicular, como el de Nuevo León, se han expedido placas a nombre de vehículos que circulan bajo estas circunstancias.
El usuario sale muy contento con placas y tarjeta de circulación “nuevas y legales”, se va a su carro, se las pone, pero en una revisión posterior más profunda, que generalmente ocurre cuando anda uno de viaje y en otro estado, las sorpresas son amargas.
Ha habido gente que no solamente ha perdido lo que pagó por el vehículo, que es decomisado, sino que se ha visto inmiscuido en líos legales, con amago de cárcel.
Es una situación grave, que la autoridad, al menos en Nuevo León, conoce, pero no ha informado a la ciudadanía.
Por eso me dio risa esta mañana que leo que Rubén Zaragoza, el titular del Instituto de Control Vehicular de Nuevo León, dice que en el estado de enfocan en empadronar a los vehículos con placas del estado de Morelos que circulan acá.
Se supone, de acuerdo al informe, que muchos nuevoleoneses para evadir el pago de la infame tenencia, tramitaron placas en ese estado del centro del país.
Lo que no dice Zaragoza es que nuevoleoneses fingieron hicieron el trámite en Morelos, en el otrora Distrito Federal, en Coahuila y en muchos, muchos otros estados donde fingieron vivir.
Pero volviendo al principio, si usted va a comprar un auto importado, póngase vivo y cheque ante las autoridades que la importación sea legal.