Por José Jaime Ruiz.
La nota social en Monterrey son los cobros excesivos de la Comisión Federal de Electricidad y la ineptitud del gobernador Jaime Rodríguez Calderón por resolver el problema del agua (siguen las fugas y los cortes). La nota política es la destitución del Bronco, que se analiza en el Congreso local. Hasta ahora, Movimiento Ciudadano, el PRI, el PAN y Morena no se ponen de acuerdo. Lo urgente es que Rodríguez Calderón ya se vaya, antes de que siga haciendo más daño a Nuevo León y su erario.
Existen muchos nombres para sustituirlo, pero todos están comprometidos con las elecciones del 2021. En primer lugar, los liderazgos de los partidos tienen que ponerse de acuerdo. La apuesta de Movimiento Ciudadano en contra del Bronco, asumida por el senador Samuel García, tuvo desde el inicio un mal cálculo: Samuel no puede adjudicarse la medalla de tumbar al Bronco, requiere de alianzas. No ha entendido que en política no existen los monopolios, existen los pares.
Para suspender, inhabilitar o destituir al Bronco, el Congreso debe avalar un juicio político –con el voto de 28 de 42 diputados– que pasaría al Tribunal Superior de Justicia. La conformación del Congreso cambió cuando un diputado de Morena, Arturo Bonifacio de la Garza, y una diputada de Encuentro Social, Tabita Ortiz, se cambiaron a Movimiento Ciudadano, que tiene ahora seis diputados. El PRI, el PAN y Morena deben de intentar la destitución sin la compañía de MC que no vela por los intereses ciudadanos sino por la candidatura a la gubernatura del 2021 de Samuel García.
De cualquier modo, el bloque de MC tendrá que sumarse a la destitución, suspensión o inhabilitación. Poco importaría si el presidente del Congreso, el priista Marco González, se va con MC o con Morena; por otro lado, hasta ahora sólo el Partido del Trabajo ha respaldado públicamente al Bronco y a su secretario de Gobierno, Manuel González, una actitud que le podría costar caro a los dirigentes Beto Anaya y su esposa, Lupita Rodríguez. El PRI, el PAN y Morena cuentan con suficientes diputados para destituir al Bronco, sólo hay que armar convenientemente la estrategia jurídica. Ninguno de esos partidos puede ir de la mano de Movimiento Ciudadano y de los intereses políticos de Samuel García, quien ha sido un feroz y, casi siempre, injustificado crítico del presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Quién puede sustituir al Bronco? Alguien que concilie y equilibre, alguien que regrese a Nuevo León al camino del desarrollo económico con democracia y justicia social. Ya perdimos una década con los gobiernos de Rodrigo Medina de la Cruz y Jaime Rodríguez Calderón.
Siendo pragmáticos, ya que los demás personajes que pueden sustituir al Bronco están metidos en la lucha política de la sucesión, sólo vislumbro a tres que son incluyentes y que, lo saben, no pueden ganar las próximas elecciones del 2021: Jorge Mendoza, Ildefonso Guajardo y Bernardo González.
Jorge, a pesar de su cercanía con López Obrador, trae consigo una carga enorme: haber favorecido al Grupo Allende, que comanda, en el sexenio de mayor corrupción en la historia de Nuevo León, el de Medina de la Cruz. Además, es el priista de mayor peso en la entidad y, por eso, estaría fuera. Ni Morena ni el PAN lo avalarían, bueno, no sé el PAN, conociendo el espíritu “negociador” de Zeferino Salgado, alcalde de San Nicolás, y del diputado federal Raúl Gracia.
El priista Ildefonso Guajardo, casi es opinión unánime, sería un excelente gobernador de seis años, ¿lo podría ser de dos? Ildefonso es políticamente incluyente, influyente en sus relaciones con el poder económico regio, tan decisivo en la política local, y le podría inyectar un brío inédito a las inversiones. Su problema sigue siendo el sexenio de Enrique Peña Nieto y su participación activa o pasiva en Pemex y la Estafa Maestra. Tendría que realizar una limpieza de sangre.
Por último, a Bernardo González le ayuda el impulso de su juventud y ha demostrado que puede trabajar con diversos partidos, como lo hizo como concejal en el municipio de Monterrey. ¿Qué tendría que hacer Bernardo? Un gobierno de cohabitación, liderar una alianza nuevoleonesa con todos los poderes, incluyendo los poderosos fácticos. Si Bernardo trasciende los intereses creados en su carrera política y de administración pública (incluyendo aquellos que lo acercaron con el Bronco), podría ser una buena opción como sustituto.