El Partido Revolucionario Institucional cambió de dirigencia nacional. Pero no sólo cambió de dirigente, también cambió forma y fondo en la selección de candidatos y la elección del que hoy es su dirigente: Alejandro Moreno Cárdenas.
“Alito” Moreno, gobernador con licencia de Campeche, es un político joven, pero a sus 44 años acumula ya una larga experiencia en la política, y además en la representación popular, tanto dentro del PRI como en cargos de elección popular. Y sobre todo, sabe del liderazgo, incluso entre sus iguales, como presidente de la Conago.
Si hacemos una comparación, además coincidir, en el Congreso de la Unión el perfil y trayectoria de “Alito” Moreno es muy semejante al del dirigente local priista, Pedro Pablo Treviño Villarreal. En vista de la elección nacional, y del futuro del PRI de aquí al 2021, el líder estatal charla con José Jaime Ruiz, y se deja entrever que las coincidencias entre los dos líderes no son personales, sino que surgen de misma militancia priista. A pesar de hartazgos, derrotas, decepciones, el PRI, como dice Pedro Pablo, “se reinventa”, pero no se dispersa.
En este tono reflexivo, Treviño Villarreal pone un punto de referencia para lo que sigue en el Estado: “Hoy en día, no hay nada para nadie”. Y expone con franqueza la responsabilidad que asume personalmente, y que reclama a presidentes municipales y legisladores. La derrota nacional del 2018 es un expediente para analizar, para “aprender de los errores”, dice, y esboza su estrategia para afirmar la solidez del PRI en Nuevo León preparándose para una elección que tal vez no verá como dirigente, pero tendrá que asumir como priista, y esta es una de las lecciones más claras de la pasada elección nacional interna.