La Organización de los Estados Americanos aprobó por aclamación la petición de México de condenar el “discurso de superioridad racial” y la masacre del pasado 3 de agosto en El Paso, Texas, con saldo de 22 muertos, ocho de ellos mexicanos.
El Consejo Permanente de la OEA escuchó a la representante mexicana Luz Elena Baños pedir que el documento impulsado por el país latinoamericano fuera aprobado por consenso, lo cual sucedió inclusive con aplausos del resto de diplomáticos.
La diplomática mexicana en una breve presentación señaló que el gobierno de su país se muestra ampliamente consternado por los hechos del pasado sábado tres de agosto porque la agresión fue dirigida específicamente contra connacionales.
Describió que El Paso, que colinda con Ciudad Juárez en México, es una comunidad pacífica, tolerante y multicultural, una zona bilateral con el componente hispano arraigado en sus orígenes. Al referirse a Patrick Crusius, autor de la muerte de 22 personas, ocho de ellas mexicanas, recordó que el terrorista viajó específicamente a El Paso para realizar su ataque.
También se refirió al manifiesto escrito por Crusius que va en la línea racistas y supremacista que dado lugar a otros similares en diversos lugares del mundo. Fue un acto insensato que además de mexicanos, alcanzó a personas de nacionalidad diferente a la mexicana, destacó Baños quien aprovechó la ocasión para agradecer las amplias muestras de simpatía recibidas, y recordó que el continente americano se caracteriza por su solidaridad.
Tras la intervención de la diplomática mexicana y la aprobación por aclamación de la condena mexicana, el representante estadounidense Carlos Trujillo presentó las condolencias de su gobierno y se sumó al documento.
El documento mexicano pide la “más fuerte condena al ataque terrorista ocurrido en la ciudad de El Paso, Texas, Estados Unidos de América, el 3 de agosto de 2019, en el que al menos 22 personas murieron y otras 26 resultaron heridas”.
El texto, que ofrece condolencias a familiares y allegados de las víctimas, condena y rechaza “la discriminación racial y los crímenes motivados por el odio, el racismo, la xenofobia e intolerancia, incluyendo el discurso de superioridad racial, en donde quiera que estos ocurran.”
También demanda el “firme compromiso de sus Estados Miembros para adoptar todas las medidas a fin de combatir todas las formas de discriminación, intolerancia y xenofobia; y prevenir, investigar, procesar y en su caso castigar los delitos perpetrados con esas motivaciones”.
La masacre del sábado tres de agosto fue cometida por Patrick Crusius, de 21 años, quien empleó un AK-47 con el cual disparó en un Walmart de la ciudad fronteriza texana en donde compradores mexicanos acostumbran a hacer compras.
El presunto responsable declaró a las autoridades que había viajado por carretera desde Mc Allen, en el mismo estado, a fin de dar una respuesta “a la invasión hispana de Texas”.
Desde la semana pasada en encuentra en aislamiento en el Centro de Detención de El Paso y bajo vigilancia a fin de evitar que intente suicidarse.
Sin derecho a fianza, ha sido acusado de homicidio en un proceso tratado como terrorismo doméstico.