Por Obed Campos.
Un día sí y el otro también el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, se asoma al precipicio y el abismo le devuelve una sonrisa maliciosa.
El Bronco trae todos, o muchos, de sus proyectos sentenciados al fracaso, pero parece que él, como el otro, “tiene otros datos”.
Ahora resulta que el periódico El Norte, en una “investigación periodística”, o mejor dicho con datos filtrados por el “fuego amigo”, le “descubrió” una onerosa campaña por su próximo informe de gobierno.
Y entrecomillo lo de “descubrió”, porque lo que sobran son “piteros” a la falta de verdaderos periodistas investigadores.
En spots, videos y quien sabe cuántos artilugios publicitarios más, el Gober se va a gastar 100 millones de pesos salidos de los impuestos de los neoleoneses.
Júrelo usted que a Jaime le importa un comino que se haya hecho público este nuevo escándalo.
Pero para él, el problema es averiguar quién o quiénes le pasaron la información a el medio norteño, de la familia Junco de la Vega.
Él o los informantes son de alto nivel, porque le dieron santo y seña al otrora gran periódico regiomontano de la estrategia a utilizar para sacar la lana, sin que esto impactara en los presupuestos del Despacho del Gobernador o de Comunicación Social.
Esos 100 millones saldrán prorrateados, de acuerdo con la nota, de organismos paraestatales o de los llamados descentralizados.
Significa que El Bronco ve la tormenta y no se hinca, y no ha entendido nada de la política cuasi franciscana del todavía nuevo Presidente de la República.
Y aquí yo me pregunto si con esos 100 millones no podría el gobernador mandar a instalar aires acondicionados en las escuelas, que no tienen… O a construir unas cuantas aulas para niños que actualmente toman clases a la sombra de un árbol a falta de salones.
Porque mientras El Bronco siga escuchando las “ideotas” de sus “asesores”, su entierro político estará cada día más cerca y la fosa más profunda.
Y ya no sólo verá al abismo, sino que caerá a lo más profundo.