Varios de los principales países que recibieron cuestionamientos del ahora exasesor de Seguridad Nacional estadounidense John Bolton, mostraron relativo alivio por su salida del cargo, pero coincidieron en que no habrá cambios de fondo.
Irán, uno de los países hacia los cuales mostró mayor beligerancia el exfuncionario, señaló que no emitirá ningún comunicado sobre asuntos internos estadounidenses, pero destacó que su posición es clara sobre no aceptar ningún tipo de máxima presión, como la pregonada por el exasesor.
La administración del presidente Donald Trump se salió del acuerdo de 2015 que había limitado el programa nuclear iraní bajo el argumento de que Teherán no lo cumplía, además de imponerle sanciones para que regresara a la mesa de negociación.
Pero este miércoles el embajador iraní en Naciones Unidas, Majid Takht-e Ravanchi, reiteró que no hay espacio para negociar con Washington mientras siga la política de «terrorismo económico» y sanciones contra su país, señaló un reporte de Press TV.
En reunión con su gabinete, la posición fue reiterada por el presidente iraní Hassan Rouhani, y agregó que, si fuera necesario, seguirá suspendiendo más de los compromisos que adquirió hace cuatro años, añadió el mismo medio iraní.
Corea del Norte, que mantiene sus programas de misiles y se estima que sigue con el desarrollo de sus actividades nucleares, tampoco ha emitido una postura oficial, pero analistas surcoreanos consideraron probable que dé la bienvenida a la salida de Bolton de la Casa Blanca.
Esa salida podría ser oportuna para la diplomacia estadounidense hacia Corea del Norte, cuyo líder Kin Jong-un podría publicitarla como una victoria doméstica, lo que aumenta la posibilidad de reanudar pronto la negociación nuclear, dijo Leif-Eric Easley, de la Ewha Womans University.
Park Won-gon, académico de política internacional de la Handong Global University, hizo ver que Bolton era un experto en el tema de desnuclearización más que un político, y en el marco de las elecciones estadounidenses de 2020, Washington podría priorizar este tipo de intereses, señaló un despacho de la agencia Yonhap.
Por su parte el canciller ruso Sergey Lavrov dijo que conocía a Bolton desde los años 90 del siglo pasado, lo había tratado e inclusive había tomado café con él. Es una buena compañía, competente e inteligente y placentero platicar con él, dijo en un despacho de Itar Tass. Pero sobre sus puntos de vista políticos, estuvimos en desacuerdo en la mayoría de los temas. Tenía un estilo desagradable, confiaba en la mano pesada, e intervino en varias crisis como en Venezuela o Irán, añadió.
Sobre el impacto de las relaciones con Estados Unidos, Lavrov recordó que el presidente Donald Trump ha hablado varias ocasiones de normalizar los vínculos comerciales, económicos, humanitarios y políticos, lo que se confirmó en la pasada reunión del G20.
También recordó que es necesario llevar esas declaraciones políticas a pasos concretos, lo que no ha sucedido, y sólo ha habido algunos avances en medidas antiterroristas. “Guiémonos por lo que realmente suceda y entonces veremos si hay cambios o no”, indicó.
En Venezuela, Diosdado Cabello, vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela y presidente de la Asamblea Constituyente, dedicó un tuit a Bolton, en la reacción oficial de mayor nivel hasta ahora.
«El imperialismo es experto encontrando gente mala, presento pruebas: Obama es lo peor y apareció Trump; con Capriles se tocó fondo y encontraron a Juanito alimaña; de manera que les resultará muy fácil sustituir a Bolton por alguien peor, pero igual Nosotros Venceremos!!», escribió.
En Cuba, los medios estatales sólo reseñaron la salida de Bolton como el diario Juventud Rebelde, que cabeceó «Se va, se va, se fue… John Bolton», y tras describir su despido y las crisis en que intervino, concluye «No hay indicios, sin embargo, de que la política de línea dura del Gobierno Trump tenga reverso”.