Cientos de personas se manifestaron en Hong Kong frente al consulado británico para pedir a Londres que tome medidas contra China para que cumpla su promesa de libertades bajo “un país, dos sistemas”.
La manifestación tiene el objetivo de instar al Gobierno del Reino Unido a “tomar medidas inmediatas sobre China por no cumplir con la Declaración Conjunta chino-británica y reconocer que la (fórmula) del sistema de ‘un país, dos sistemas’ no funciona”. China prometió mantener las estructuras democráticas de Hong Kong durante 50 años después de recuperar la soberanía sobre la isla del Reino Unido en 1997.
La protesta se produjo luego que otra gran manifestación se abrió paso por las calles de la ciudad el domingo por la tarde desafiando la prohibición de la policía, que advirtió que la reunión era ilegal.
El centro internacional, una vez estable, se ha visto convulsionado por semanas de manifestaciones enormes, a veces violentas, que exigen mayores libertades democráticas y responsabilidad policial. Los activistas acusan a Beijing de incumplir esas promesas endureciendo el control político sobre el territorio semiautónomo y rechazando los llamados al sufragio universal, destaca Channel News Asia.
La víspera grupos de manifestantes antigubernamentales y progubernamentales se enfrentaron, por lo que la policía antidisturbios se vio obligada a intervenir y realizar arrestos, en el marco de la décima quinta semana de protestas en la excolonia británica.
Decenas de manifestantes a favor de China ondearon banderas chinas y corearon “apoya a la policía” en un centro comercial en la Bahía de Kowloon, en la zona administrativa especial de Hong Kong, mientras los inconformes que denuncian la supuesta injerencia de Beijing se reunieron vestidos de negro y con máscaras.
Luego, miembros de ambas concentraciones se enfrentaron en el centro comercial, antes que la policía interviniera para separarlos, incluso realizó arrestos entre los jóvenes, en una jornada tensa entre los partidarios y los críticos del movimiento prodemocrático.
Asimismo, los protestantes protagonizaron enfrentamientos en una estación del Metro de la ciudad, según el diario South China Morning Post.
Las manifestaciones comenzaron el 9 de junio en oposición a un proyecto de ley que permitiría las extradiciones a China, pero el movimiento se transformó en una denuncia por el recorte de libertades y la falta de reformas democráticas, en el mayor desafío de la excolonia británica desde la Revolución de los Paraguas de 2014.
Los manifestantes mantienen las movilizaciones a pesar de la decisión de la jefa del gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, quien a principios de este mes retiró el proyecto de ley que permitiría las extradiciones de Hong Kong a la China continental, origen de las protestas.