El 6 de octubre de 2016, Daniela Jiménez Covarrubias, de 15 años, debía llegar a su casa a las 20:00 horas, pero no fue así. Su mamá comenzó a buscarla, marcó a su celular y no respondía, preguntó a sus amigas, pero nadie sabía de ella. Un par de horas después, encontraron el cuerpo de Dany; una herida en la arteria carótida provocó su muerte.
Mirna Covarrubias, mamá de la adolescente cuenta que cuando estaban buscando a Dany, recibieron una llamada del director de la preparatoria donde estudiaba. Les dijeron que un compañero de su hija, de 16 años, había aparecido herido en un hospital, diciendo que los habían asaltado. Eran las 20:30 de la noche.
En entrevista con SDPnoticias, Mirna relata que luego de la llamada fueron al lugar donde presuntamente los habían asaltado y avisaron a la policía. El mismo joven responsable continuaba con la historia del asalto, los llevó al lugar de los hechos -una zona deshabitada del municipio Montemorelos, Nuevo León-, y tras varios interrogatorios, confesó.
“Ahí la encontraron, como a dos metros de la calle. En ese mismo momento él dijo que la había matado y se lo llevaron detenido a Monterrey. Para las 10 de la noche ya la habíamos encontrado”.
El adolescente responsable le cortó la vena carótida, le ocasionó varias heridas en la cara, le fracturó todos los dedos de las manos. Le dejo la cara toda marcada.
Exigen revisión de Ley en materia de Adolescentes
Por el feminicidio de Dany, el responsable lleva un año libre luego de cumplir su condena. Y aunque las autoridades en su momento actuaron rápido, la denuncia de la familia de la joven es por una revisión de leyes para adolescentes, en particular las condenas por delitos de alto impacto como violación, secuestro y feminicidio: “El problema con nosotros no fueron las autoridades, el problema con nosotros son las leyes”.
La familia ya no puede hacer nada, sin embargo, ahora lo que intentar es que un legislador se interese por revisar la Ley en materia de Adolescentes. En 2018 acudieron al Senado pero nadie les hizo caso y a la fecha, a nadie le ha interesado; “se necesita corregir las sentencias tontas y ridículas” cuando este sector comete delitos de alto impacto.
La lucha de Mirna es “por los casos que vienen”, por lo que también crearon una asociación que llamaron Quiero Vivir Sin Violencia Dany Jiménez AC, a través de la cual imparten pláticas orientadas a mujeres y niñas sobre la violencia en su contra, con el objetivo de prevenir que más casos sigan ocurriendo. “Es nuestra forma de poner un granito de arena, si logramos salvar a una mujer, pues habrá valido la pena”.
Dany era una luchadora de causas perdidas
Mirna recuerda que su hija Daniela era una luchadora por las causas perdidas. Y aunque apenas cursaba el primer año de preparatoria, la adolescente pensaba estudiar psicología. También trabajaba en un Centro de Apoyo Psicopedagógico y años antes, aprendió el lenguaje de señas para ayudar a un compañero de la secundaria. Dany amaba a los animales y cumplía años el 20 de diciembre.
“Cuando conoció a D. [adolescente responsable de su feminicidio], él era raro, serio pero inteligente; Dany, por su forma de ser, se acercó y se hizo amiga de él”.
A D. lo sentenciaron en febrero de 2017 y el 31 de agosto del mismo año, lo trasladaron a la Ciudad de México, por lo que terminó su condena en la capital. Además, su proceso penal se resolvió a través de un procedimiento abreviado, pues Mirna dice que fue la única forma de asegurar una sentencia condenatoria, aunque fue de 2 años.
