A la medianoche de este 1 de noviembre, Jaime Bonilla tomó posesión como gobernador constitucional de Baja California por cinco años en el Congreso del estado. Durante su discurso, dijo que con su llegada se acaba la corrupción que imperó durante 30 años en administraciones del PAN: “Durante los últimos 30 años se traicionaron las esperanzas de los ciudadanos, padeciendo los peores gobiernos neoliberales que defraudaron a la población con políticas antipopulares y con una profunda corrupción que ofende”.
El entonces gobernador electo llegó alrededor de las 11 de la noche del 31 de octubre acompañado de la secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero (en representación del presidente Andrés Manuel López Obrador); y de los alcaldes morenistas de Mexicali y Tijuana, Mariana Ávila del Pilar y Luis Arturo González, respectivamente.
El exgobernador panista, Francisco Vega, no asistió al evento.
Antes de entrar al Congreso, medios le preguntaron sobre la polémica de gobernar cinco años (que está en revisión por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, TEPJF) y su insistencia en que ésta es legal: “Si la Suprema Corte de Justicia de la Nación decide que mi gobierno sea de cinco años me sujetaré a la revocación de mandato”.
Tras rendir protesta, a las afueras del Congreso aseguró que en un mes habrá cambios y la primera acción será implementar desayunos escolares gratuitos para los estudiantes de primaria.
Sánchez Cordero dice que es legal la toma de protesta
A pesar de las dudas sobre el tiempo de gobierno de Bonilla, Sánchez Cordero no quiso dar su opinión de la polémica del gobierno de cinco años (en lugar de dos), pero manifestó que es legal: “Hay una presunción de legalidad cuando un Congreso emite una norma y está facultado para hacerlo y estuvo facultado el Congreso para emitir la norma”.
Añadió que es “maravilloso” que Morena haya ganado el estado que por 30 años estuvo gobernado por el PAN.
Con información de El Imparcial, La Jornada y Notimex
Fotografía: Omar Martínez / Cuartoscuro