Por Francisco Tijerina.
“Pero puede más su orgullo y su soberbia,
que ganar una elección”.
Yomero.
El PAN de Nuevo León tiene ante sí la enorme posibilidad de recuperar la gubernatura en las elecciones del 2021, siempre y cuando comience a trabajar desde ayer.
Como marca, pocos partidos pueden tener la fortaleza que ha tenido el blanquiazul, a pesar de sus divisiones internas, para seguir arrastrando votos, sobre todo en las clases medias.
Usted me dirá: “No, hoy por hoy las preferencias las lidera Samuel García” y tendré que responder que lamentablemente las elecciones no son hoy, falta ver si el chamaco aguanta, si no comete una tontería y si no le pasa lo que le sucedió a Margarita Arellanes que una semana antes de su partido que eligiese a su candidato, todavía era “la más mejor”, como dicen en el rancho y de ahí la tumbaron.
Los panistas son excelentes negociadores y más que buscar un líder o una figura que aglutine, lo que requieren es sentarse a negociar para “construir” un candidato en común que les permita recuperar la gubernatura; obvio ese candidato tendrá que formar parte de uno de los grupos albiazules, por lo que la confianza será un factor clave en el proyecto, ya que necesariamente tendrán que ayudarse con todo.
Pero eso no es todo. El proyecto unificado como el que planteo les permitiría arrasar con los puestos en disputa, esto es, diputaciones y alcaldías y visto así, las tribus tendrían territorios y puestos para todos.
Necesariamente tendrán que negociar y entender que no importa cómo están las cosas hoy, sino cómo las van a construir de cara a los próximos 15 meses cuando deban elegir a su abanderado para la contienda.
Lo anterior implica buscar al personaje, hombre o mujer, que tenga más posibilidades de ganar y menos puntos negativos en su historia, que tenga un poco de carisma y personalidad; lo demás es lo de menos, porque durante todo este tiempo se tiene la posibilidad de construirlo.
Pero como toda historia esta tiene un “pero” y este consiste en la difícil probabilidad de que al momento de sentarse en la mesa los jugadores se tengan confianza y de que sus seguidores también la tengan. El gran acuerdo implica apoyo pleno y absoluto, sin restricciones y pactar el dejarse de las eternas grillas internas y fuego amigo que tanto les gusta practicar.
Hay encuestas que dicen que hoy (insisto en el hoy) Morena es el partido mejor posicionado en Nuevo León y después de ellos el PAN. Pero si los blanquiazules no se pueden poner de acuerdo, en el caso de los morenos será más que imposible y falta ver el impacto que tengan en el electorado la gestión presidencial de los próximos meses.
De forma tal que la mesa está puesta para llevárselo todo. Ceder y confiar, jugar con astucia y trabajar con ahínco, serán las claves.
¿Podrán?