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Por Félix Cortés Camarillo

felixcortescama@gmail.com

Métele la Wilson, métele la Nelson,la quebradora y el tirabuzón.

Quítale el candado, pícale los ojos, jálale los pelos

Sácalo del ring….

Pedro Ocádiz, Los Luchadores

            El sábado murió en su natal Hermosillo, Sonora, don Jesús Alfonso Huerta Escobosa, a quien Don Chuy le decían. Era mejor conocido como La Parka y fue desde 1995 luchador profesional;  había iniciado con el nombre de Karis La Momia. En 1996 comenzó a usar su espectacular máscara blanca sobre un encapuchado traje negro que llevaba pintados encima los huesos del esqueleto y cambió su nombre por La Parka, el luchador que nunca perdió la máscara en un reto. Tenía 54 años cuando una combinación de deficiencias renales y pulmonares le mató; la noche del 20 de octubre, en la Arena Coliseo de Monterrey intentó un tope desde las cuerdas sobre Rush: se le enredaron las cuerdas, quedó corto y sufrió una grave lesión cervical

            México es un país de ocurrencias y de ocurrentes que las dicen, desde el filósofo de Güemes hasta el presidente López. Algunas ocurrencias suelen ser ingeniosas y llenas de gracia, como las del filósofo de Güemes. Otras tienen por lo general consecuencias lamentables, como las del presidente López.

            El de las ocurrencias geniales se llamó Carlos Monsiváis. A él debemos la certera definición de la lucha libre como el auténtico teatro popular de los mexicanos.

            No se trata solamente de la preferencia masiva del espectáculo entre las clases populares, hay otras afinidades: existe una dramaturgia estricta para las peleas de lucha libre, con secuencias preestablecidas y movimientos perfectamente ensayados y magistralmente ejecutados, casi siempre. Existe un contexto moral en esa dramaturgia, en el que generalmente el bien (los “técnicos”) triunfa sobre el mal (los “rudos”), y cuando no es así, como en las telenovelas, el hilo de la historia queda pendiente para revertirse en la revancha.

            El legendario carro de Téspis, que llevaba de pueblo en pueblo a los actores del inicio histórico del teatro como lo conocemos, se llamó desde los años cincuenta camioneta Station Wagon, hoy llamadas SUV. Apretujados en grupos de a diez, los sudados gladiadores , enemigos a muerte sobre el ring, marchaban apretujados de un pueblo al siguiente para la siguiente función.

            Así, como las figuras del teatro, el cine y luego la televisión, surgieron los grandes ídolos de la lucha libre: Blue Demon, Enrique Llanes, el Cavernario Galindo, el Médico Asesino y, especialmente El Santo, rivalizaron en su momento en fama con Pedro Infante o Cantinflas.

            Con una fama tan efímera seguramente como las máscaras detrás de las que escondieron su verdadera identidad. Hoy conocimos la de La Parka.

            Se murió Don Chuy.

PARA LA MAÑANERA.-  Ahogado el niño se tapa el pozo: va a reinstaurarse la práctica de la mochila segura, revisando el contenido de la que llevan nuestros niños a la escuela. Con todo respeto, señor Presidente, ¿no sería mejor una política de ciudad segura, de casa segura, en donde no fuera tan fácil en México tener acceso  a un arma de fuego de cualquier calibre y las balas que usa? Tal vez así los niños –y los adultos- no llenarían de muertos las páginas de los diarios.

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: Félix Cortés Camarillo
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