Por Francisco Tijerina Elguezabal
«Ay,
mamá mira a esta María, siempre trae la leche muy fría.
Yo así no la quiero tomar, que la vuelva a calentar”
Cri-Cri en “La
Merienda”
Los transportistas de
Nuevo León están como el niño de la canción de Cri-Cri que primero se quejaba
que la leche estaba caliente, luego de que estaba fría y después de que tenía
nata, total que nada le gustaba.
Durante su gira del fin de semana por Nuevo León, el Presidente Andrés Manuel
López Obrador propuso al Gobernador, Jaime Rodríguez Calderón, que continuase
el diálogo con los transportistas a fin de evitar el alza en las tarifas y
ofreció apoyar con un subsidio “a fondo perdido” para que los pasajes se
mantengan en el mismo precio.
Los prestadores del servicio se quejan de que llevan años sin poder incrementar
el precio de los traslados y cuando les ofrecen una opción para conseguir su
propósito resulta que no les cuadra.
Abelardo Martínez, el sempiterno vocero de los transportistas, dice que ellos
tienen muchas dudas porque al tratarse de un apoyo proveniente del Gobierno
Federal, otros Estados podrían también pedirlo.
En el fondo el posicionamiento de Martínez tiene sentido, sin embargo tendríamos
que recordar que, por ejemplo, el presupuesto que la Federación dedica a cada
entidad anualmente no guarda la misma lógica y que a Nuevo León desde hace
muchos años le envían muy pocos recursos en comparación con otros estados.
De la misma manera podríamos poner el ejemplo de los apoyos extraordinarios que
viene entregando el Presidente a distintas comunidades para acciones
específicas.
Como decían en mi rancho: “El dinero es redondo y rueda y el billete es papel y
vuela”.
Lejos de andar poniendo peros y buscando el “cómo no”, lo que los
transportistas deberían hacer sería tomarle la palabra al Presidente y sentarse
“corriendito” a la mesa con las autoridades para determinar el monto del
subsidio que requieren para sostener a los usuarios el mismo precio para
comenzar la negociación.
Una vez pactado el monto vendría la discusión de los asegunes sobre los
mecanismos para la entrega de los subsidios, a través de qué instituciones, los
tiempos y formas, además de los formatos para demostrar que el servicio se ha
prestado y que son merecedores a cobrarlo.
Me huele, no sé por qué, que es a esto último a lo que realmente Abelardo y sus
amigos le tienen reticencia, por temor tal vez a que al mostrar el número de
usuarios que trasladan diariamente las autoridades hacendarias saquen cuentas
de sus ingresos y les puedan sacar un susto.
Pero si ellos tienen dudas, el Gobernador debería dar el paso al frente y
mandarles llamar para poder cerrar el capítulo y quitarse el problema del
aumento a las tarifas de una buena vez, además de lograr un beneficio directo a
los ciudadanos de Nuevo León con estos recursos extraordinarios.
Que los transportistas dejen ya de quejarse de si la leche está fría o caliente
y se pongan a trabajar, eso es lo importante.
ftijerin@rtvnews.com