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La rebelión de las élites; además, Robespierre, Andrés Manuel, Cárdenas

Por José Jaime Ruiz

@ruizjosejaime

¿Dónde quedaron las masas de Elias Canetti? En Internet. En la Red se sufraga todos los días y, también, se cae en excesos: bots sin spots, apenas miserable repetición de una postura, una posición, nunca el argumento. Las redes sociales anulan la meritocracia porque no por ser “profesional” de los temas existe la representatividad. En la “infame turba” de la Internet, el mérito vale madre. “Arrogantes e inseguras al mismo tiempo, las nuevas élites contemplan a las masas con una mezcla de aprehensión y desprecio” (Christopher Lasch, “La rebelión de las élites, nexos 214, p. 39).

La élite social que quiso apropiarse de la “persuasión” en la etapa neoliberal, ahora es sacudida por la 4T. Sigo con Lasch: “Estos grupos constituyen una ‘nueva clase’ sólo en el sentido de que su novedoso estilo de vida se sustenta no tanto en la posesión de una propiedad como en la manipulación de la información y el expertise profesional. Esta élite comprende una gran variedad de ocupaciones –financieros, banqueros, promotores de bienes raíces, ingenieros, consultores de todo tipo, analistas de sistemas, científicos, médicos, publicistas, editores, ejecutivos de mercadotecnia, directores artísticos, cineastas, artistas, periodistas, productores de televisión, escritores, profesores universitarios– como para ser descrita como una ‘nueva clase’ o una ‘nueva clase gobernante’. Aún más, sus miembros carecen de una visión política común”.

Esa “nueva clase gobernante” perdió en las elecciones presidenciales de 2018 y manifiestan su descontento todos los días en diversos foros de esa pérdida de privilegios que mantenían en la enfermedad de la última etapa del régimen llamada partidocracia (PRI-PAN-PRD), donde la representatividad fue destrozada por los acuerdos cupulares para las “reformas”.

En su artículo de hoy en El Financiero, los “argumentos” del periodista Raymundo Riva Palacio son, por decir lo menos, alevosamente ridículos. Es una exageración de un “analista” comparar la Revolución francesa con la 4T porque, de entrada, aquí no ha sucedido un movimiento violento sino apegado, electoralmente, a las leyes y, segundo, Raymundo se hace eco de una vieja campaña, al solicitar el Terror francés, como “peligro para México”.

Leamos:

“La 4T, como pomposamente llama a su gobierno, se ha convertido en un Comité de Salud, aquel instrumento de la Revolución Francesa que alcanzó poderes dictatoriales durante el Reino del Terror, y del cual Maximilien de Robespierre fue el más conspicuo.”

¿De veras, Raymundo? ¿Dónde está, institucional y legalmente, el Comité de Salvación Pública de la 4T? ¿En las mañaneras donde asiste quien quiere asistir, de Jorge Ramos a Denise Dresser? ¿Andrés Manuel López Obrador como Robespierre?

Más aún:

“El Reino del Terror es una buena lección histórica para el Presidente de México, porque esa descomposición que se llevó unos cuantos años dentro del grupo que a través del miedo controló a una nación, se ha visto aquí en meses. La forma como descuartizaron al diputado Porfirio Muñoz Ledo, uno de los grandes luchadores por la transición democrática y la llegada de la izquierda al poder, es el ejemplo con una persona conspicua.”

Descuartizar: Dividir un cuerpo haciéndolo cuartos o más partes. ¿Dónde está descuartizado Porfirio quien sigue criticando la política de la 4T sobre migración centroamericana? ¿En qué plaza pública, podría ser Santo Domingo, fue hallado su cuerpo guillotinado? Este Riva Palacio, cada vez peor y cada vez mayor boquiflojo. ¿Cuántos muertos periodistas de “oposición” existen en la 4T? ¿Cuántos políticos? ¿Cuántos empresarios? Raymundo y su irresponsabilidad periodística.

Peor, imposible:

“Durante la Revolución Francesa los radicales de Robespierre pidieron a la Convención Nacional colocar ‘el terror en la orden del día’. Durante el primer año de López Obrador, las comparecencias públicas matutinas desde Palacio Nacional, pusieron ‘el terror en el orden del día’.”

¿Cuál terror jacobino, Raymundo? ¿Dónde está la sangre? ¿Dónde las decapitaciones? ¿Acaso Dresser no fue a exponer, con toda libertad, sus puntos de vista? La derecha “intelectual” quiere victimizarse comparando a Andrés Manuel con Robespierre. Nada más alejado de la realidad. También asisten a las mañaneras intentando discutir con López Obrador, lo logran, pero no imponen sus argumentos, y qué bien que vayan. ¿Dónde el Terror?

Jean-François Revel, el gran analista de la Revolución francesa (Letras Libres, junio 2006), escribió: “Cárdenas conserva una inmensa popularidad: instintivamente, las masas sienten que es el único hombre que ha procurado trabajar para ellas.

“(…) Pero no hay que olvidar que México es un país dotado de una innegable personalidad. Pese a su rápida degradación, la Revolución Mexicana fue muy superior a los demás movimientos análogos de América Latina desde un punto de vista político. Pese a la mezquindad de sus dirigentes, México tuvo a un Cárdenas.

“Así, luego de este largo repaso de las realidades, podemos pensar en las esperanzas: si un impulso revolucionario coincidiera con la presencia de un Cárdenas, sin duda México conocería otro destino”.

Andrés Manuel no es Robespierre, ¿podrá prolongar a Lázaro Cárdenas? Aún no lo sé.

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// José Jaime Ruiz

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