Despierta, mi bien, despierta
Mira que ya amaneció…
“Acerca de mi popularidad, vamos bien, la gente nos está apoyando. También sufrimos desgastes”.
Esa fue la respuesta del presidente López durante la mañanera de ayer a una pregunta de soslayo que se refería a los datos publicados la misma mañana por el diario Reforma, indicando el descenso de la popularidad de Andrés Manuel. Que yo recuerde, fue la primera vez en que el presidente López admite un “desgaste” de imagen. Al ánimo de Andrés Manuel debe haber abonado el recuerdo de la reacción popular en su Macuspana de origen, que le reclamó el domingo la mentira de la tarifa especial de la energía eléctrica, que por otra parte tanto ha ofendido a los mexicanos no tabasqueños, y la rechifla por impopularidad de los gobernantes locales. Manuel Bartlett tendrá que ir a Tabasco a remendar el entuerto.
En mi opinión, el segundo defecto del presidente López es la poca densidad de su epidermis, que le hace reaccionar agresivo a cualquier divergencia o crítica. El primer defecto de Andrés Manuel es el de Gabino Barrera, que no el maestro Barreda: no entiende razones que no sean las propias; aunque no ande en la borrachera.
Pero mi opinión no le interesa a nadie. La del Reforma, de Krauze, de Carlos Loret de Mola, y otros, sí le importan al presidente López. Y ahí la piel se irrita.
Para los que no son lectores del Reforma les digo. Una encuesta en domicilio –esto es por teléfono a quien quiso contestar- afirma que la tasa de aprobación del presidente de México es de 59 por ciento, frente a 35 que considera mal hecho su trabajo. Eso, de una muestra de 1,200 cuestionarios. Para un país que es habitado, antes del Censo que comenzó ayer, por mucho más de 120 millones de personas, la muestra es irrelevante. Ya quisieran muchos gobernantes del mundo que se dice democrático superar el treinta por ciento de la opinión pública aprobando su oficio.
Pero lo importante, dicen los estadísticos, es la tendencia. De haber llegado con un índice de popularidad de casi el 90 por ciento a andar casi a la mitad, eso calienta. En índice de bateo, para entrar en sus propios terrenos, Babe Ruth le hubiera envidiado su índice de bateo. El gran bono de Mesías con el que el presidente López asumió el poder antes de que le entregaran la banda presidencial, se ha deteriorado; y los mexicanos estamos al tanto de ello.
Siento que debe ser una primera llamada, como en el teatro. O el Rey David que dizque cantaba las mañanitas no sé a quién: Señor Presidente López, hay que despertar a la realidad.
PARA LA MAÑANERA.-Señor Presidente, con todo respeto: su improvisada, como tantas, decisión de que el virtual secretario de Salud, el Dr. Hugo López-Gatell Ramírez informe diariamente sobre los avances en el control de la pandemia del coronavirus se ha mostrado como un gran acierto, demostrando que el titular Jorge Alcocer, ni picha ni cacha, aunque deja batear, para que me entienda . Los datos sobre la pandemia, bien fundamentados y mejor expuestos, transmiten un mensaje que coincide con la convicción suya de Usted: que no cunda el pánico. La información clara y bien dada es uno de los mejores instrumentos de gobierno. López-Gatell, por otro lado, se le ha montado encima al canciller Marcelo Ebrard en el populímetro de su gabinete en pos de la sucesión de la Cuarta Simulación: es buen potrillo.
Pero esto me lleva a mi pregunta para la mañanera: por fortuna, no se ha registrado un solo fallecimiento a consecuencia del famoso virus; solamente cinco casos de enfermos leves, hasta ayer. Del feminicidio hay cifras variadas, pero la más cercana a realidad es que, en promedio. cada dos horas matan en nuestro país a una mujer por el simple hecho de ser mujer.
¿No valdría la pena informar todos los días sobre cómo anda este asunto del feminicidio?
Cuídate Juan que ya por ay te andan buscando. Son muchas mujeres, no te vayan a dañar.