Por Eloy Garza González
Bernie Sanders y AMLO son como dos gotas de agua. En trayectoria, temperamento y necedad, están cortados exactamente por la misma tijera.
Al senador de Vermont, por ejemplo, le gusta atacar al establishment, armar polémicas, criticar al gran capital y ser tildado de comunista, pese a que en el espectro político esté en todo caso más cerca del estatismo como remedio a todos los males, habidos y por haber. Igual que AMLO, le fascina el poder del Estado.
Como AMLO, el senador de Vermont ya impugnó una vez, violentamente, los resultados electorales (en el proceso interno del partido demócrata, que perdió contra Hillary Clinton), se la vive cumpliendo su santa voluntad, es hiperactivo, y sabe politiquear muy hábilmente, así sea un orador más elocuente que López Obrador. Incluso como a AMLO, a Sanders ya le pusieron un bypass de arteria coronaria.
¿Se quedará Sanders con la nominación demócrata? Probablemente sí, pese a que sus enemigos, lo mismo empresarios, banqueros que políticos de todos los colores y sabores, le están echando montón.
Ahora bien, según encuestas recientes, tiene más probabilidades Sanders de ganarle a Trump que ese político de formas tan aburridas y anticuadas llamado Joe Biden (siempre he dicho que si Biden fuera mexicano militaría en el PRI).
Pero que nadie se engañe: Sanders es un nacionalista a ultranza como lo es Trump, y como lo es a su manera AMLO (algunos los llaman populistas). Ayer, Sanders se abrió de capa y de plano le dijo a Biden: “son los empresarios capitalistas los que financian tu campaña”.
Si gana la presidencia de EUA, Sanders endurecerá la mano ya se por si acerada de Trump en contra de México, hasta jalar todos los empleos perdidos de vuelta a su país. No se que sea mejor para nosotros, pero Biden, católico y buena gente, sería más amigable con los mexicanos.