Por: Obed Campos
Nos lo dijeron hasta el cansancio: el paro de labores exigido por la emergencia sanitaria por la que pasa el país no son vacaciones, sino un acto de emergencia y de precaución.
Por lo tanto, sin poner en riesgo a nadie, hay que procurar seguir siendo productivos, ¿o no? La tecnología nos da a muchos la posibilidad de seguir trabajando, en muchos casos, gratis o con bajísima inversión.
Pero esto no lo saben, o no lo quieren saber ni ver los diputados locales de Nuevo León, quienes se fueron a casita y, por lo visto, los pendientes los tienen sin pendiente.
Tiene días que la bancada de Movimiento Ciudadano busca que se vuelva al trabajo legislativo, aunque sea a control remoto, por medio de videoconferencias, para no poner en riesgo a ningún sacrosanto legislador.
De hecho ese grupo presentó ya un oficio en el que piden que sea convocada una sesión para analizar la reasignación de recursos para un fondo de prevención ante el Covid-19.
La ventanilla de la Oficialía de Partes del Congreso, que aun funciona, recibió la propuesta, pero…
La mayor parte de los diputados en Nuevo León dijeron que no. Que preferían seguir en casa viendo el tiempo pasar.
Pero bueno, siendo más sinceros, algunos legisladores, solo algunos, como Celia Alonso y Ramiro González, de Morena, saben hacer como que trabajan y se inventaron una inspección para verificar medidas sanitarias y botones de pánico a bordo de camiones urbanos de ruta en Monterrey.
Cómo si fueran expertos en medidas sanitarias y en sistemas electrónicos.
El caso es, como diputados, ser anís de todos los moles, pero sin trabajar, por fa.
