Por Obed Campos
Mire usted que diferentes somos los mexicanos y los argentinos. Se lee en Página 12, como fue que la policía de aquel país detuvo a un sujeto por “grabar y difundir a través de redes sociales un video filmado en la costa de la ciudad de Mar del Plata, en el que alentaba a la población “a salir a la calle” y romper con el aislamiento social, preventivo y obligatorio”.
El sedicioso fue puesto luego en libertad, pero se le formó una causa penal, que, si la justicia se parece allá un poco a la de acá, significa que seguirá sujeto a proceso.
Aquí en México, concretamente en Allende, Nuevo León, ayer se desbordó la violencia en medio de protestas de un grupo de motociclistas locales, quienes se quejaban por la muerte de un amigo de ellos que fue atropellado cuando huía en moto de una patrulla de Fuerza Civil que también acabó accidentada, y le cayó al muchacho encima.
Resulta que mucho tuvo que ver la ex candidata de Morena a la alcaldía de ese municipio, una tal Mónica Marroquín, por azuzar a la población a salir a la calle a protestar.
El resultado: varias patrullas municipales dañadas, un par de vecinas detenidas y algunas motocicletas incautadas.
Marroquín, a través de su cuenta de Facebook, invitó a la protesta: “A las 6 en la plaza principal para protestar…”, publicó en su cuenta.
Pero cuando la situación en la plaza se pasó de tueste y comenzaron los actos de violencia, la ex candidata puso pies en polvorosa, y en su huida grabó un video justificándose.
Marroquín buscó en las pasadas elecciones ser alcaldesa de ese municipio, donde ni siquiera vive, me dicen los vecinos.
Fue vapuleada con la votación, pero quiere, en sus sueños, regresar a competir por el poder municipal. ¿Así?