Noticias en Monterrey

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.


Por Eduardo Campos Sémeno

Diario del Coronavirus 037. 21 de abril de 2020

2,553,310 infectados confirmados

     176,810 muertes reportadas

10:15 PM

Cuando oficialmente se anunció hoy que México se encuentra en la Fase 3 de la Pandemia, es decir, que en esta época se espera que llegue al punto máximo de contagios y defunciones, todo indica que –para todos– la cosa se va a poner peor, antes de que se ponga mejor.

Claro que dentro de la escala de infortunios, los más perjudicados serán los contagiados y, peor, aquellos que les toque no sobrevivir al coronavirus. Para todas esas familias deben ir los primeros apoyos y simpatías, pues imagínense, aislados, enfermos, sin trabajar, tal vez con necesidades y –luego— soportar el luto y la carga económica de un funeral.

Poniendo eso en perspectiva, el resto de nosotros mortales que todavía andamos aquí haríamos bien en ver las situaciones del futuro con una buena dosis de optimismo. En vez de percibir los problemas y posibles penurias para sufrir y quejarnos, tomar la actitud de que se trata de retos que hay que superar en estos tiempos históricos.

¡Y vaya que hay retos que vienen! El primero de ellos, sin duda, es el de la economía tanto macro, de países, empresas e industrias, como micro, de emprendedores, comerciantes, empleados, ustedes, yo, nosotros.

Es de sentido común que, con el mundo paralizado, todas las economías van a sufrir. Ya sabemos por sus constantes lamentos, en dónde le duele a los empresarios de México que claman por ayuda para poder tener liquidez para pagar a trabajadores en estas semanas y hasta dos meses en que las empresas estarán sin producción ni ventas, bueno, eso asumiendo que les seguirán pagando.

Esas peticiones pueden ser muy razonables, pero en estos tiempos de incertidumbre económica mundial resulta difícil establecer criterios y prioridades para los apoyos oficiales, de manera que se tenga contento a todo el mundo. Cuando los propios países están en peligro, la escala de las empresas resulta minimizada.

La vida durante y después del coronavirus es el reto que enfrentaremos todos a diario. Aquí en Monterrey, por ejemplo, se habla ya de un problema por el suministro de agua, pues el encierro masivo ha provocado consumos que están estresando las presas que nos sostienen.

¿Y qué me dicen de los problemas de la industria restaurantera? No tanto por lo que viven ahorita, sino lo que está por venir. ¿Se imaginan el desempleo de meseros y similares si la sociedad nos acostumbramos a pedir para llevar como ahora? ¿Y cómo volverá a la normalidad la industria turística? ¿Nos animaremos a ir a lugares exóticos o muy populares y aglomerados bajo riesgo de contaminarnos de algo? Lo que se prevé es que la “normalidad” del futuro será muy diferente a la “normalidad” que vivíamos antes del virus. 

Como ven, en cada lugar, estrato o industria habrá retos que lleguen por el coronavirus. Así es que mejor irle poniendo buena actitud para tratar de encontrar soluciones y salidas. En el extremo opuesto están los que, desde ahora, andan de pesimistas y negativos y ya le están encontrando un problema a cada solución.

Como siempre, comentarios dirigirlos a ecampos50@gmail.com o en Facebook en la página Diario del Coronavirus o con el user @eduardocampossemeno.

Fuente:

Vía / Autor:

Eduardo Campos

Etiquetas:

Compartir:

Autor: stafflostubos
Ver Más