La Universidad de Oxford inició las pruebas clínicas en humanos de la vacuna contra el COVID-19, con 800 voluntarios reclutados, en los que se verificará los avances de sus estudios para contrarrestar la enfermedad.
La mitad de las personas recibirán la vacuna de prueba, mientras la otra mitad una que protege contra la meningitis, que no afectará a los participantes de este estudio y ninguno tendrá conocimiento de qué tipo le fue colocada.
La nueva vacuna fue desarrollada en tres meses por investigadores de la universidad británica dirigidos, en su fase preclínica, por Sarah Gilbert, experta en vacunología y profesora en el Jenner Institute, informó la cadena BBC.
A pesar de que tiene una gran confianza en el resultado de los logros de este equipo, afirma Jenner que son necesarias las pruebas para evaluar su efectividad en una pequeña muestra de personas y después en una comunidad más grande.
Los científicos advierten que la prueba de vacunas es un proceso lento que implica varias pruebas y errores, hasta determinar si se trata de un producto efectivo para ayudar al mundo a contrarrestar el avance de una enfermedad y en este caso una pandemia, dieron a conocer miembros del grupo para Leading Britain´s Conversation Radio.
La nueva fase de investigación es dirigida por el profesor Andrew Pollard, que también dirige la división de vacunas de la Universidad de Oxford. Asegura que intentan alcanzar la curva de crecimiento de la enfermedad para averiguar si en poblaciones grandes tiene resultados positivos.
La prioridad para la siguiente fase de prueba, en caso de que la inicial sea exitosa, será vacunar a cinco mil miembros de los equipos médicos, para comprobar, en la primera línea, si se trata de una vacuna efectiva.