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Por Félix Cortés Camarillo

Con el apagón, qué cosas suceden

El Apagón, Esperón y Cortázar

            Es muy probable que el Acuerdo para garantizar la eficiencia, Calidad, Confiabilidad, Continuidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional (así se llama) que el Ing. Alfonso Marcos Flores, director general del CENACE -Centro Nacional de Control de Energía- se sacó de la chistera a las agazapandas la semana pasada no solamente carezca de fundamento jurídico, como asegura el Consejo Coordinador Empresarial. Parece carecer de base técnica sólida y le sale por ahí la cola del animal político que esconde.

            Se necesita leer varias veces las cuatro cuartillas del Acuerdo, repleto de confusos argumentos en los que se atribuye a la pandemia del Covid 19 los motivos para dictaminar a favor del Anexo único; de todos modos no se entiende la motivación técnica. La lectura del Anexo único, que firma Gustavo Villa, con su secuela de terminología técnica en kilovatios, interrupciones ocasionales y Esquemas de Acción Remedial, tampoco ayuda mucho.

            Para entender el animal político que se oculta debajo de este disfraz, no hay más que retroceder un poco en las imágenes del presidente López; primero al improvisado alto que hizo recientemente en una de sus últimas giras populistas en la carretera de la Rumorosa, entre Tijuana y Mexicali. El presidente López se detuvo únicamente para grabar en video su condena explícita a las torres de energía eólica que ahí se encuentran. Su argumento en contra de ellas fue que afeaban el paisaje. El segundo momento en este recorrido iconográfico está en la decisión que celebra el bajo costo del petróleo que nos facilita (obliga) a procesar más petróleo crudo mexicano de baja calidad e ínfimo precio, en lugar de pagar al extranjero para que se lo lleven.

            Las consecuencias de esta maroma burocrática son más claros que todo eso. En el Anexo se dictamina la suspensión de las plantas de energía eólica –del aire- y fotovoltáica –de luz solar- a favor de las planas termoeléctricas que queman combustóleo, a costa de contaminar la atmósfera. Aparte de este prejuicio, y dado el costo de echar a andar a las plantas “Must Run” que se llaman Unidades de Control Eléctrico, es previsible que el costo de la energía eléctrica se eleve.

            Es obvio que este nuevo conflicto en torno a la CFE va desviar la atención mediática del problema en que se encuentra León Bartlett por la venta de instrumental médico al gobierno. Pero los empresarios no van a quitar el dedo del renglón y este acuerdito, que de un plumazo y para satisfacer al jefe nos condena a la energía sucia y cara, pasando por la competencia leal, por los acuerdos firmados, por los permisos concedidos y por el espíritu de las leyes, va a meter al país, vía su gobierno, a una nueva y larga confrontación del aparato de Estado con la clase empresarial.

            Y eso no le conviene a nadie.

PREGUNTA PARA LA MAÑANERA, porque no puedo entrar sin tapabocas.: Señor Presidente, con todo respeto: ¿No hubiera sido más inteligente, higiénico, prudente y económico alojar al heroico personal de sanidad en alguno de los cientos de hoteles que están con cero ocupación en la Ciudad de México, en lugar de meterlos a Los Pinos? Los hoteles están preparados con cuartos individuales con baño, teléfono y servicios de lavandería. ¿Será que tiene más impacto demagógico usar a los médicos y enfermeras alojados con incomodidad en un sitio emblemático del poder del pasado?

‎felixcortescama@gmail.com

Fuente:

Vía / Autor:

// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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