Las dificultades que conlleva pasar la cuarentena para prevenir el contagio de Covid-19 pueden ser bastantes, sobre todo si se mantiene en una casa a varios habitantes pero, una familia lo ha llevado al extremo al vivir con sus 31 hijos.
La familia originaria de San José, Costa Rica está formada por Melba Jiménez , Víctor Guzmán y sus 31 hijos adoptivos, con quienes han convivido 24/7 desde el inicio de la pandemia de coronavirus en América Latina.
La edad de los hijos de Melba y Víctor oscila entre los 3 y 25 años a quienes han adoptado luego de que a uno de sus hijos biológicos fuera salvado de un tumor cerebral; sus demás hijos crecieron e hicieron sus vidas lejos de sus padres.
Ahora, la gran y numerosa familia debe permanecer confinada hasta nuevo aviso, lo que significa cuidarse y protegerse a toda costa aunque, una de las ventajas es que gracias a la gran casa que poseen en San José, gracias a una donación, es que tanto ellos como sus hijos tienen gran espacio para moverse.
¿Confinamiento con 31 #niños? El amoroso esfuerzo de una familia en #CostaRica 🇨🇷👧🏽🧒🏽 La historia 👉🏽 https://t.co/AXPkbpYoIA pic.twitter.com/SDWMaQSAKk
— Reuters Latam (@ReutersLatam) May 11, 2020
La pareja de 69 y 74 años respectivamente, sobreviven a base de sus pensiones pero son ayudados por vecinos quienes admiran su capacidad y responsabilidad de criar a 31 niños, por lo que les ayudan con comida y ropa.
Esta experiencia, de acuerdo a Jiménez, puede ser estresante y difícil pero también muy bonita pues aunque la tarea no es fácil, ellos buscan siempre la manera de estar cambiando e innovando para que sus hijos no se estresen al estar tanto tiempo encerrados.
Entre las actividades que los 31 jóvenes deben realizar, no solo para ayudar con las labores del hogar sino también para mantenerse ocupados en algo, van desde barrer, ayudar en la cocina y, por supuesto sus tareas de la escuela.
Para los más grandes se les ha confiado responsabilidades como salir al pueblo para el abastecimiento de víveres, siempre con mucha precaución y por su puesto, con el uso de cubrebocas y guantes.
Esta nueva experiencia conforma un sin fin de retos pero también significa una nueva oportunidad para reconectar con su familia, tener más convivencia y poder despegarse del Internet y redes sociales, al fin de cuentas aún quedará tiempo para eso.