Por Félix Cortés Camarillo
Yo no puedo discutir el enorme éxito como negocio de la revista española Hola! pero me queda clara la crisis en que están inmersas las casas reales de Europa, que junto con la aristocracia de nuevos ricos son los principales proveedores de contenido para el semanario.
Se trata de la telenovela de la vida real. Cada semana nos dejan entrar al lujo de las mansiones de los ricos y famosos o nos presentan los amores y romances de los inalcanzables.
Mientras tanto, la vida real transcurre en el deterioro ético y estético de la realeza; como si no fueran suficiente documento los retratos de los reyes en el Museo del Prado de Madrid. Es que se nos olvidan las cosas. A la reina más longeva del mundo, la nonagenaria Isabel, le compraron un marido padrotón griego que tuvo que renunciar hasta de su apellido a cambio del título de consorte. El tío de la reina tuvo que renunciar a sus propios derechos al trono de la Gran Bretaña por encapricharse por una gringa divorciada. Una hermana de Isabel le voló el marido a una señora nadie. La popular nuera real, la princesa Diana, fue -al igual que su marido Carlos- famosa por sus aventuras extramaritales, la última de las cuales mortal en París.
La casa real de España no canta malas rancheras; a una de las infantas, dentro de la tradición de la realeza, le compraron por marido a un olimpista en balonmano, Iñaki Urdangarin que resultó más largo que la carretera nacional al frente de una fraudulenta fundación -Nóos- para la promoción del deporte. Hoy se encuentra preso.
La joya de la corona es, sin embargo, Juan Carlos I, el Rey Emérito de España, puesto que abdicó hace seis años a favor de su hijo Felipe VI, después de una turbulenta y difundida vida de lujos, lujuria, cacerías de elefantes, pero sobre todo corrupción. Es Vox Populi en España que el gobernante de Arabia Saudí, el fallecido Abdalá, le entregó cien millones de dólares bajo el concepto de “comisión” por su mediación en el contrato para construir, en el 2006 el tren Ave entre Medina y la Meca. Esos euros fueron depositados en la cuenta de la llamada princesa alemana Corinna ZuSayn-Wittgenstein, en aquel entonces amante del viejo monarca.
No hace mucho el rey Felipe VI tuvo que renunciar públicamente a sus derechos como beneficiario de esos fondos, como lo había determinado su padre. Hoy la Fiscalía General de la Suprema Corte de España ha iniciado una investigación en contra de Juan Carlos. Poco sucederá, porque el supuesto ilícito fue cometido cuando Juan Carlos era todavía rey y tenía por tanto inmunidad.
La verdad, verdad: reyes, los de la baraja.
PREGUNTA PARA LA MAÑANERA, porque no puedo entrar sin tapabocas.: Señor Presidente, con todo respeto: ¿No que no íbamos a pedir prestado?
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