Por Félix Cortés Camarillo
Son puros chismes que hay por ahí…
El asesinato en Colima del juez federal Uriel Villegas Ortiz y de su esposa Verónica Barajas es un asunto de Estado, dijo ayer en su perorata matutina el presidente López. En cierta forma tiene razón: en primer lugar el asesinato del joven juez es un reto a la autoridad de un gobierno que ofrece al crimen organizado abrazos y no balazos. En segundo, fue la autoridad del Estado la que le quitó a Villegas Ortiz y su familia la protección necesaria dada la naturaleza de su trabajo.
La versión oficial dice que fue el mismo juez quien pidió que le retiraran la escolta. La primera versión que me llegó es que la protección fue retirada por ser costosa e innecesaria. Hay muchos funcionarios públicos que, para atenerse a la política de austeridad republicana y pobreza franciscana “voluntariamente” aceptaron que sus emolumentos fuesen reducidos en un 25% por lo menos.
Es el Estado, no cabe duda, el que tiene que investigar este artero asesinato de un juez por cuyas manos pasaron los procesos que involucran al huachicol -que como la corrupción, oficialmente ya no existe- o al hijo del capo mafioso apodado El Mencho. Una persona que tiene en su escritorio semejantes casos no puede ser dejado a su suerte, aunque él lo pidiese: es una irresponsabilidad que el gobierno no debió inducir o aprobar.
El gobierno no debió inducir u ordenar la cancelación de un programa de discusión en red convocado por la CONAPRED, la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación. Pretendidamente iba a hacerse ayer miércoles por la mañana, con la participación de Chumel Torres, un locutor e influencer en redes, cuya presencia en esa discusión no le gustó el presidente López, aunque en el sermón matutino de ayer no mencionó el nombre del joven ni una sola vez.
Lo que obstinadamente se calla es por lo general ampliamente conocido. Aunque no sepamos cuál fue la ofensa que cometió el tal Torres, lo que sí está claro es un mensaje tweet de la esposa del presidente, quejándose de insultos raciales hacia su hijo, explícitamente un menor de edad, con la firma de la señora Beatriz Gutiérrez Müller, una madre obviamente ofendida y explícitamente poderosa.
Tan poderosa, que su esposo obviamente ordenó la cancelación del foro y la desinvitación de Torres aunque ayer mismo haya reconocido públicamente que no tenía idea de lo que es la CONAPRED, un órgano surgido en 2003 -hace 17 años- gracias el empeñoso trabajo de un notable hombre de izquierda, Gilberto Rincón Gallardo, quien sufría una leve discapacidad física y era objeto de actitudes de discriminación. Esa institución es la que el presidente López desconocía, pero que se apresuró a criticar su mera existencia por la abundancia de organismos que él supone de oposición aunque sean, como la CONAPRED, entidad descentralizada dependiendo de la Secretaría de Gobernación; esto es del Presidente.
PREGUNTA PARA LA MAÑANERA, porque no puedo entrar sin tapabocas.: Señor Presidente, con todo respeto: ¿No le han dicho que el diario El País hace por lo menos dos ediciones? Una se distribuye en España y ahí se puede usted documentar de los delitos del rey emérito Juan Carlos y la persecución en su contra. La otra edición se prepara en México y se lee en Latinoamérica. Obviamente, los contenidos son diferentes.
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