Por José Jaime Ruiz
@ruizjosejaime
La batalla de la percepción sobre grupos vulnerables y minorías la está perdiendo el presidente Andrés Manuel López Obrador. Así pasó con los feminicidos y la Cuarta Ola del feminismo que la 4T no logra ni quiere entender. Está pasando ahora con el tema del Conapred, el clasismo, el racismo y la discriminación. Como pasó con la lucha feminista, la derecha quiere apropiarse de las causas de la izquierda y López Obrador se refugia en un indigenismo trasnochado. Un indigenismo como nacionalismo o, como diría Carlos Monsiváis, “la estrategia para no desintegrarse en la indefensión”.
La percepción del autoritarismo
Es paradójico que el día del aniversario luctuoso del escritor Carlos Monsiváis, un luchador por las inclusiones, el derecho a la diversidad y contra la discriminación, se imponga la exclusión: propiciar la renuncia de Mónica Maccise al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
En su conferencia matutina de este viernes, López Obrador comentó:
“…yo creo que cada quien es libre, siempre he dicho, de decidir, y lo más honesto es no estar ocupando un cargo si no se tiene afinidad con el proyecto que se está aplicando, eso es lo más honesto.
“…creo que no se debió convocar a ese foro y quienes no compartan la política de transformación que se está llevando a cabo, pues con toda la libertad pueden decidir no trabajar en el gobierno.
“…Aquí nada más quiero aclarar que nosotros de verdad, no simulada, no de manera simulada, vamos a seguir combatiendo el racismo y la discriminación”.
Andrés Manuel nombró a Mónica Maccise como titular del Conapred, ¿tendría que haber pasado un examen meta-institucional para saber si comulgaba o no con los ideales de la 4T? Si el presidente no sabía de la existencia de la Conapred, ¿nunca supo quien era Maccise y sus credenciales y a la cual le extendió un nombramiento?
Lo peor de todo es que el presidente ya calificó como “simuladora” a Mónica Maccise, la discriminó. Como la extitular no hizo un acto de fe en la plaza de Santo Domingo, ya la aventaron a la hoguera de las redes sociales. Víctima, más que de un edicto, de un úcase, Mónica Maccise es la primera incinerada en la inquisición de la 4T.
La percepción sobre Beatriz Gutiérrez Müller
En respuesta al periódico Reforma, la escritora Beatriz Gutiérrez Müller asegura que nada tiene que ver con la renuncia de Mónica Maccise al Conapred.
“Tras la crítica hecha en Twitter por Beatriz Gutiérrez Müller, contra el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), y apoyada por su esposo, el Presidente de la República, Mónica Maccise dejó la titularidad de ese organismo. Gutiérrez Müller criticó la invitación de Conapred al tuitero Chumel Torres a un foro.”
En respuesta a lo anterior, Gutiérrez Müller tuiteó: “Aclaración ante FakeNews. Nada tengo que ver”.
El problema es que lo publicado por Reforma no es fakenews. En la mañanera de hoy el presidente apoyó explícitamente la posición de su esposa: “creo que no se debió convocar a ese foro”.
Más allá de Reforma, la percepción para muchos ciudadanos es que ciertas políticas públicas nacen de la relación de la pareja presidencial y del nuevo activismo de Beatriz Gutiérrez Müller en las redes sociales, lo cual la coloca en el ojo público, aunque renunció a ser primera dama (un antecedente de deliberación pública fue su apoyo inicial a #UnDíaSinMujeres). Las opiniones y posiciones políticas de Gutiérrez Müller, lo desee o no, inciden en el debate público del país.
¿Y el bufón Chumel Torres? Sigue carcajeándose por sus eficientes servicios a la derecha mexicana.