Por Félix Cortés Camarillo
Por qué desprecias mi color
Si sabes que a los negros también los quiere Dios?
Andrés Eloy Blanco, Venezuela
Durante 130 años la empresa Quacker Oats en los Estados Unidos, hoy propiedad de PepsiCo ha vendido una harina preparada para hacer Hot Cakes con la marca de Aunt Jemima, La Tía Jemima, una criada negra con su pelo amarrado con una pañoleta en lo alto de su cabeza.
El personaje, el nombre, la marca, desaparecen del mercado en el centro de la polémica nacional que los norteamericanos han venido enfrentando últimamente a raíz de la brutalidad policíaca que se ha ejercido en contra de los negros -y otras minorías como los latinos- y que lleva en su contabilidad ya varios muertos y muchas manifestaciones por todo el mundo. Excepción sea dicha de México, porque aquí las manifestaciones sólo las hacen los anarquistas pro nazis tolerados por la autoridad que saquean negocios, rompen vidrios, injurian policías y pintarrajean paredes.
En 1940 la actriz Hatty McDaniell ganó el Oscar como actriz de reparto por la película Lo Que el Viento Se Llevó, estrenada el año anterior después de largas pláticas, ensayos, pruebas y negociaciones para poner finalmente a Viven Leigh en el papel protagónico de Scarlett O´Hara; su pareja estaba ya decidida por el productor Sleznick en el galanazo Clark Gable.
Si la película durase dos minutos más de lo que dura, hubiera llegado a la marca de cuatro horas continuas. Hatty McDaniell hace el papel de la criada de Scarlett, de mucho verbo mientras le ajusta el corset a su patrona. Cuando en alguna entrevista le preguntaron si no le molestaba que Hollywood la hubiera encasillado en el papel de la sirviente negra en todas las películas que hizo, ella contestó llanamente que prefería ganar 700 dólares a la semana por interpretar a una criada negra que ser una de ellas y ganar siete dólares semanales. Como esas.
El canal de suscripción HBO Plus ha retirado súbitamente el clásico del cine norteamericano de su programación. Aparentemente es una medida temporal, pero el argumento que la sustenta es tan hipócrita como pudibundo:” la película tiene una visión romántica de la esclavitud y la presenta como una institución benigna y benevolente”.
Con esa óptica, mucho del cine norteamericano debiera desaparecer de las pantallas, grandes y chicas. Parece que actúa con criterios mojigatos de la Cuarta Simulación, que manda castigar a un conductor de You Tube por haber hecho referencia a la afición del hijo del presidente López por teñirse parte de su cabellera. El Padrino puede ser considerada como apología del crimen organizado, por ejemplo. c
¡Bravo!
PREGUNTA PARA LA MAÑANERA, porque no puedo entrar sin tapabocas.: Señor Presidente, con todo respeto: ¿No se da cuenta que el daño que le está causando a la economía de su país será mayor en cuento más tarde en echar a andar el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá?
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