Por Obed Campos
Son innegablemente escandalosos los videos de los billetes que recibieron Rafael Jesús Caraveo Opengo, ex secretario técnico de la Comisión de Administración del Senado y el ex secretario particular del gobernador de Querétaro, Guillermo Gutiérrez Badillo, pero de ahí, a que el presidente López Obrador compare el caso con la exhibida (inútil, por cierto) que le dieron a René Bejarano en el 2004…
Y más aun, que, AMLO se queje de que “faltó difusión” a los videos y hoy en la mañanera, no solamente los repitió, sino que dijo: “Que se pueda ver en redes sociales, en la televisión convencional el video que se asegura entregó el señor Lozoya la Fiscalía, conocer todo, porque esto ayuda a purificar la vida pública, nada de ocultar, transparencia completa…”
Alguien debería de recordarle al presidente que en estos casos se trata de evidencias de procesos abiertos (y si no hay procesos, pues habría que reclamarle a la FGR) y que el sigilo en estos casos debe de ser sagrado.
Por errores como esos, René Bejarano, con todo y las evidencias en su contra, pasó solamente ocho meses en el Reclusorio Sur, y salió con una fianza de unos 170 mil pesos.
Hasta exigió que le pidieran una disculpa, cuando dejó la cárcel.
Ciego por Bejarano, López Obrador, entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, acuñó la frase “es un complo”… Pese a las evidencias y a las ligas de su cercanísimo Bejarano…
Así que si pasado el tiempo liberan de toda culpa a Caraveo Opengo y a Gutiérrez Badillo, ya sabremos de qué lado mascó la iguana jurídica de este país, en donde la historia tiende a repetirse aunque con nombres diferentes.