Por José Jaime Ruiz
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Dos momentos clave para el diseño electoral que viene: que el senador panista Víctor Fuentes hable de la candidatura sin partido de Ildefonso Guajardo, y la reunión de los alcaldes priistas del área metropolitana (y Santiago) no con Heriberto Treviño, quien pudo ser un maestro de ceremonias, sino con el alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza, y el coordinador de la fracción priista en el Congreso, Francisco Cienfuegos.
Víctor Fuentes, al celebrar el autodestape de Ildefonso, recordó que desde que llegó al Senado su discurso es por la grandeza de Nuevo León, leo en su página: “El Senador Víctor Fuentes reconoció la determinación del ex secretario de Economía federal, Ildefonso Guajardo, por sumarse a la causa de recuperar la grandeza de Nuevo León, convocada desde la Cámara de Senadores al inicio de la actual Legislatura”.
“Aplaudo la determinación de don Ildefonso, un servidor público que le dio una de las mejores negociaciones al país cuando encabezó el equipo mexicano para revisar el T-MEC; un neoleonés capaz, inteligente y con visión de futuro, quien ha decidido sumarse a nuestra causa de recuperar la grandeza de Nuevo León”.
Aunque lleva agua a su molino, Víctor es extremadamente cortés con Ildefonso. Fuentes sabe que, en este momento y tal vez tampoco en el futuro, llegará a ser candidato del PAN a la gubernatura, por eso abre otras posibilidades, otros guiños, otros derroteros. Con Samuel García fuera de la contienda, el dueño de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, puede pensar en las figuras de Víctor Fuentes e Ildefonso Guajardo quienes, fuera de sus respectivos partidos, y ya que Clara Luz Flores va por Morena, serían los indicados para acarrear votos a MC. ¿De qué manera? No lo sé, las ecuaciones están por venir.
La reunión priista quiso mandar el mensaje de unidad, la realidad es que citaron a los alcaldes, sobre todo a César Garza Villarreal, de Apodaca, y Cristina Díaz, de Guadalupe, para iniciar negociaciones en el reparto de posiciones electorales. Hay diferencias, tal vez ya insalvables, entre César y Cristina y Adrián de la Garza y Paco Cienfuegos, aunque muestren “institucionalidad”. Para los desmemoriados, César Garza responde en muchos aspectos (como cuando corrió a su tesorera) a los intereses políticos de Jorge Mendoza, quien trae un pleito, no se resolverá, con Paco Cienfuegos.
A Paco y Adrián no les cayó nada bien el encuentro entre Cristina Díaz y el dirigente morenista, Alfonso Ramírez Cuéllar. Tampoco su cercanía, no sé si vigente, con Jorge Mendoza ni con su asesor económico en el Covid-19, Ildefonso Guajardo. ¿Es coincidencia que Cristina haya hablado de un gobierno de coalición como preámbulo al autodestape de Guajardo?
César y Cristina tienen su propia agenda que, regularmente, no coincide con la de Paco y Adrián. No hay moneda en el aire, está en el suelo y muestra su cara.