Quizá a estas alturas ya fuera una de las pocas certezas que quedan en este loco mundo, pero por si acaso ha venido Keith Richards para confirmárnoslo: los Rolling Stones no se separarán nunca. O al menos esa es su promesa, o augurio, o deseo.
En una reciente entrevista con motivo de la reedición del álbum de 1973 «Goat’s Head Soup» (publicada el pasado viernes 4 de septiembre con tres temas inéditos), el guitarrista confesó que «hay esta cosa entre nosotros de ‘¿quién va a ser el primero en bajarse del autobús?’. Te tienen que expulsar o abandonar. Realmente no puedo imaginarme haciendo otra cosa».
Así, parece que los Stones morirán con las botas puestas, pero queda otra pregunta en el aire: ¿serían capaces de sustituir a alguno de sus miembros en caso de deceso, con tal de continuar?
Aunque ha habido cambios de en la alineación del grupo, su núcleo duro (Jagger, Richards, Watts) se ha mostrado inquebrantable desde el día de su formación. La suma de las edades de sus miembros ya supera los 300 años, y todos ellos son supervivientes de la era más salvaje del oficio de rock-star. ¿Cómo lo logran? Les preguntó un fan en las redes sociales hace cinco años. «No teniendo teléfono móvil ni cuenta de Twitter», respondió Watts, a través de la cuenta del grupo en dicha red. «Hay que practicar. Tienes que hacer ejercicios de calentamiento y cuidar de ti mismo. La regla es clara: Hay que calentar antes de un show y ensayar todos los días durante un mes antes del inicio de una gira», detalló con más seriedad Mick Jagger. Richards también contestó, pero con toneladas de guasa: «El secreto es ir a misa todos los domingos; y estar limpio y saludable».
De los cuatro Stones actuales, el que más se cuida con diferencia es Jagger, que desde hace décadas cumple a rajatabla con un estricto «programa de juventud» basado en la dieta y el ejercicio.
La única vez que los Rolling Stones estuvieron cerca de separarse fue durante la década de los ochenta. En esa época Charlie Watts y Ronnie Wood estaban librando una terrible batalla contra su adicción a la heroína, Mick Jagger se sentía cada vez más cómodo con sus proyectos en solitario, y Keith Richards soltaba perlas contra sus compañeros en la prensa porque no podía soportar la falta de actividad. El grupo estuvo nada menos que siete años sin salir de gira, entre 1982 y 1989, y en ese período de tiempo lanzó tres de los álbumes más flojos de su discografía («Undercover», «Dirty Work» y «Undercover»). Para colmo en 1985 el teclista Ian Stewart falleció súbitamente a los 47 años de edad de un ataque al corazón, dejando a la banda sin una «fuerza moderadora» para mediar en los conflictos Jagger-Richards.