Por Carlos Chavarría
Ni siquiera disponemos de una definición consensuada socialmente de qué significa ser un país mejor. Somos muchos los que pensamos que una educación competitiva en contenidos, métodos e índices con los más adelantados del mundo, a priori nos convertiría en un mejor país.
Otros suponemos que ser un mejor país se reduce al asunto de mejorar la distribución del ingreso y ya con eso y nada más somos mejores per se, por cierto, el presidente López Obrador es creyente de esta definición y le agrega la lucha contra la corrupción como solución de todos los problemas.
Pero “hablar de luchar contra la corrupción”, sin hacer cambios substanciales en las malas prácticas y el diseño de los procesos y reglas aplicables a la función pública es dejar intactos los aparatos de la organización que lo hacen fácil presa de los muchos tentáculos del crimen organizado, sea de cuello blanco o narcos, es la misma cosa.
Una muy buena oportunidad se encuentra en este lastimoso asunto del General Cienfuegos, que fue secretario de la Defensa en la administración de Peña Nieto y que ahora se encuentra indiciado en los EEUU por causas relacionadas con el negocio de las drogas.
No es la primera vez que el gobierno de los EEUU involucra a altos personajes de poder público de México así como de otros países con el tema de las drogas. López Portillo fue el primer objetivo, después Miguel de la Madrid y sus castillos en Europa, incluido el actual director de la CFE, Barttlet. La lista puede seguir y seguir.
Todos esos llamados desde el exterior son señales de alerta que los sucesivos gobiernos en México han escuchado y reaccionan, hacen redadas, meten a diversas gentes a la cárcel, incluidos militares (por ejemplo, Acosta Chaparro, Quiroz Hermosillo, Dawe González, Escorcia Vargas y otros). Algunos purgan sus sentencias, otros salen calladamente, pero el aparato, el sistema, permanece intacto.
Dejemos a un lado el hecho de que allá en los EEUU habrá elecciones en poco tiempo y que eso le agrega un componente político doméstico a la detención del General Cienfuegos, lo cierto es que a diferencia de otros arrestos de poderosos mexicanos en tierras del norte, ahora ya no será posible aplicar la misma táctica distractora para que todo siga igual por acá en nuestras tierras.
Sin hacer a un lado el principio de presunción de inocencia debemos reconocer que nosotros no podemos luchar solos sin el concurso del país que más drogas consume en el orbe y la detención en cuestión presiona para iniciar negociaciones serias con los EEUU sobre el tema y cambios drásticos en México.
Si queremos evitar que se profundice la colombianización de México, en la que ya vivimos, habrá que romper muchos paradigmas y aceptar toda la ayuda que nos puedan dar para cumplir con la exigencia de cerrarle el paso a las drogas hacia allá y aquí mismo, y no será una solución de “abrazos y no balazos”.
Solo anecdótico, pero García Luna fue uno de los precursores del aquel llamado “mando único” y hasta escribió un libro “para entender” la mejor manera de luchar contra la inseguridad en nuestro país.
También anecdótico, es curioso que la tecnología espía de los norteamericanos nunca encuentra capos, militares, policías, o funcionarios de aquel país en todas sus pesquisas, pero siempre lo hacen con la oportunidad política precisa a los tiempos de allá o de aquí. En fin.