Por Eloy Garza González
Esta pandemia ha sacado de sus madrigueras a muchos chacales. Algunos de ellos son dueños de plazas comerciales (no todos, porque en ese giro también hay ricos razonables). Pero a los que sí son chacales no les importan las dificultades económicas por las que atraviesan restaurantes, estéticas, gimnasios, pedicuristas, ópticas, tiendas de fundas para celular, salones de fiestas infantiles, negocios de calzado y renta de vestidos.
Voraces, los chacales han demandado a estos inquilinos por el pago total de sus meses de renta. Así como lo leen: por el pago total. No solo no les bajaron ni un peso, ni aceptaron una negociación benéfica para ambas partes por el periodo que dure la pandemia; encima, han afilado sus dientes para destrozar a sus pobres víctimas que son gente esforzada de la clase media.
El Covid-19 es un grave problema de salud, pero también es una crisis económica que no se había sufrido en México desde hace 80 años; provocará el desempleo masivo y el cierre del 70% de las pequeñas y medianas empresas. Solo las grandes empresas que tienen fondos para invernar, sobrevivirán. Pero los comerciantes que viven al día, que se mantienen de sus ventas diarias, la están pasando muy mal. Y viene lo peor para ellos. Ya en estos ocho meses de falta de ingresos, tuvieron que ajustar su modelo de negocio, reducir gastos y administrar sus estrecheces.
Sin embargo, aprovechando esta crisis pandémica, muchos chacales dueños de plazas comerciales, han interpuesto miles de demandas contra sus arrendatarios. Se valen de los tribunales y de que pueden darse el lujo de pagar despachos poderosos para acabar de hundir a sus inquilinos. Les da igual que existan garantías legales a causa de las contingencias de salud. A los chacales sólo los motiva su voracidad y su sed de sangre.
Lo que no se dan cuenta, es que a corto plazo acabarán con sus propias plazas comerciales, que ya lucen vacías y abandonadas. No saben que sus víctimas acabarán uniéndose, para protestar juntos, contra esta horrenda arbitrariedad. Ya se está formando un Barzón de miles y miles de inquilinos con asesorías legales gratuitas contra los chacales de las plazas comerciales. Con las bocas sangrantes, y con el pequeño comercio aniquilado por culpa suya, estos chacales acabarán aullando solitarios en su alta loma, con varios letreros polvorientos a su alrededor que digan: «se rentan locales».