Noticias en Monterrey

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Por Félix Cortés Camarillo

Es tan confuso el proyecto que Ricardo Monreal, amanuense del presidente López en el Senado, anda impulsando para modificar las ley del Banco de México que ni las huestes que a él se le ha encargado pastorear lograron hacerlo pasar con la unanimidad que tanto gusta a los dictadores. Nebuloso es el concepto de que se refiere al tránsito de dólares de papel verde, esto es en efectivo. Confuso es en ese sentido el concepto de dólares excedentes en el sistema financiero mexicano: Los ingresos de nuestro país en divisas provienen de las ventas de petróleo, otras exportaciones y las divisas de nuestros pobres braceros en los Estados Unidos, que en este mes pueden llegar a cuarenta mil millones de dólares, nunca se pagan en billetes, sin al través de transferencias bancarias de muchos ceros.

Cierto, los paisanos allá en el gabacho llegan con sus 300, 500 dólares en papeles verdes  a Western Union o alguna agencia similar y piden su envío; Western Union o la que sea, le manda un giro bancario a una institución mexicana; creo que la privilegiada es en este caso Banco Azteca. La sucursal de este banco, que suele estar al fondo de una tienda Elektra de aparatos electrodomésitcos, entrega al familiar beneficiario en México el equivalente a aquellos dólares en moneda nacional.

¿Dónde quedaron los dólares excedentes?

La otra confusión surge cuando se habla de la repatriación de esos dólares excedentes. Como diría un personaje de Derbez, que alguien me explique.

A mí lo único que me queda claro es que la expansión del imperio lopezobradorista es implacable. Esta ley pretende, a todas luces, la extinción de la autonomía del Banco de México, cosa gravísima porque pone al coyote a cuidar a las gallinas o, mejor dicho, al presidente a gastar la reserva nacional.

Pero eso es parte de una estrategia imperial que ya se comió a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, manda en el Honorable (sic) Congreso de la Unión, le dio una tarascada a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (bastó una carta del presidente López par que el poder judicial pusiera en libertad a un muchacho que seguía preso después de haber cumplido su dudosa condena), y va por el INE, a partir de la iniciativa de hacerse del padrón y registro de todos los usuarios de teléfonos móviles.

Los mexicanos queremos que ya se acabe este año para ver si en el próximo termina la pandemia. Lo que no vemos es cuando va a terminar la Cuarta Simulación.

PREGUNTA para la mañanera porque no me dejan entrar sin tapabocas: con todo respeto, Señor Presidente, ¿usted tampoco conoce al misterioso millonario méxico-británico Allen Sanginés-Krause? Me dicen que ha sido alto ejecutivo de firmas internacionales de manejo de dinero entre México, España, Gran Bretaña, los países árabes y Rusia. A mayor abundamiento, es el que paga las cuentas de un par de tarjetas de crédito -de las de color serio- que usa para sus correrías por el mundo, nada modestas, del Rey Juan Carlos Primero y toda su emérita corte itinerante. Me sorprendería, porque usted suele rodearse de ese tipo de ricos muy ricos.

Fuente:

Vía / Autor:

// Félix Cortés Camarillo

Etiquetas:

Compartir:

Autor: stafflostubos
Ver Más