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Por Francisco Tijerina Elguezabal

“En la guerra, el amor y las campañas políticas, todo se vale.” // Yomero

Nos enfilamos a las campañas políticas para una elección absolutamente distinta a cuantas ha tenido México en la era moderna; las circunstancias de la pandemia y el momento que vive nuestro país establecen condiciones particulares para un proceso sumamente especial.

Si desde hace más de diez años las redes sociales vinieron a cambiar la dinámica y forma de hacer campaña, en esta ocasión jugarán un papel trascendental y serán ellas, junto con los medios tradicionales, el campo de batalla en el que candidatos y partidos se den hasta con la cubeta para alcanzar el triunfo.

Lamento decepcionar a quienes como yo deseamos campañas políticas de altura, de ideas, propuestas, soluciones; si esto casi nunca sucede en este año menos podrá ocurrir porque no habrá más campaña que la que se viva a través de los medios a fin de mantener la sana distancia.

Así que lo que realmente penetrará en el electorado será la famosa “guerra sucia”, la filtración, las historias verídicas o no, el chisme, escándalo y denuncia, orillando a los votantes a elegir al menos peor o menos enlodado de los candidatos.

Una campaña así se juega y mueve distinto, muy diferente a los procesos que tradicionalmente están acostumbrados a realizar los partidos, los políticos, los candidatos y hasta los estrategas profesionales.

Hoy, como si fueran puestos de tacos, existe un montón de oficinas que prometen llevar tu campaña en redes sociales; como nunca antes aparecen de la nada “expertos” y “estrategas” que no han ganado ni siquiera una elección para la mesa directiva de un kínder de colonia, pero cobran barato y en ellos depositan su futuro muchos incautos que se dejan endulzar el oído con mentiras, cuentos e historias que jamás han existido.

Recuerdo que hace años conocí en Colombia a un hindú que se vendía como el artífice de la campaña digital de Barack Obama y cobraba como tal; con el tiempo se supo que el tipo era un timo, un fraude, una mentira, que ganó grandes cantidades de dinero con su puesta en escena y una foto que se tomó con Obama en un acto de campaña.

He tenido la oportunidad de trabajar con los mejores estrategas de campaña de América Latina y algunos de los Estados Unidos. Todos, sin excepción, cuando les preguntan sobre las campañas sucias te dicen que no son partidarios de utilizarlas, pero todos también sin dejar a uno fuera, las emplean invariablemente.

Dado que esta lucha se dará en el terreno mediático, en donde la percepción es más fuerte que la realidad, habrá que estar atentos a saber como votantes qué es cierto y qué no lo es, es decir, a no dejarnos influenciar por la guerra sucia.

Los candidatos no tendrán opción, tendrán que jugar ese juego porque ni modo que cantes ópera cuando la banda toca un huapango. Todos van a entrar, ¿quién tendrá menos trapos sucios?

Sería bueno que, sabiendo las condiciones y circunstancias, políticos y candidatos se pensaran dos veces antes de contratar a una agencia de manejo de medios. Hoy el mensaje será la base de la elección y sí, es verdad, contará la imagen y el Photoshop, pero fundamentalmente serán los mensajes los que den cimiento a la captación de votos, por lo que deberán tener especial atención en quién confían su futuro y su dinero.

Ojo, que no todo lo que brilla es oro y que, dadas las condiciones, tienen que tener a su lado a un carnicero que haga a sus contendientes picadillo.

ftijerin@rtvnews.com

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Vía / Autor:

// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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