Por José Jaime Ruiz
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@ruizjosejaime
No hay mucho tiempo para el 14 de febrero. Ya sin amor ni amistad, los candidatos a la gubernatura de Nuevo León tendrán que definir quién es el segundo lugar frente al primerísimo lugar de la candidata de Juntos Haremos Historia en Nuevo León, Clara Luz Flores Carrales.
La bendición de la cúpula panista el próximo domingo, hará de Fernando Larrazabal un candidato panista competitivo. El senador Víctor Fuentes estaba derrotado desde antes en todas las encuestas de competencia con otros precandidatos de los partidos políticos. Habrá un nuevo escenario con la llegada de Larrazabal.
La competencia por el segundo lugar a mitad de febrero, aunque sea mínima, se puede volver tendencia electoral y atraer un voto switch que se defina en voto útil. Clara Luz es la candidata a vencer, eso está entendido, por lo mismo es innecesario que ella suba al ring de sus declaraciones a Adrián de la Garza, el candidato priista, eso se lo debe dejar a Waldo Fernández… el golpeteo. Quien va arriba no responde-opina, propone.
En el combate por el segundo lugar no gravitan los positivos, gravitan los negativos. Samuel García de MC y Fernando Larrazabal del PAN son carismáticos; Adrián de la Garza del PRI, no. El problema es cambiar el carisma negativo por el positivo. Samuel lo hizo muy bien hace un año, pero meses después convirtió sus benditas redes sociales en malditas redes sociales.
Para avanzar a ser el segundo lugar, Samuel requiere no sólo de un golpeteo al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien no estará en la boleta, sino diferenciarse del exgobernador Rodrigo Medina y del gobernador Jaime Rodríguez Calderón. Samuel está entrampado con la alianza federalista y su oferta electoral no prosperará si para sus intereses el Bronco sigue intocable. Si el Bronco ya se decantó por el PAN, ¿por qué Samuel sigue cuidándolo?
Después de ganar su candidatura al interior del PAN, el mayor negativo de Fernando Larrazabal será precisamente el Bronco. El asunto del hermano Jonás, el “quesogate”, es sólo una obsesión de Alejandro Junco, el dueño de Reforma-El Norte, no de los otros medios de comunicación. En la medida de lo imposible, Larrazabal tendrá, a la manera de Clara Luz-Abel Guerra, dejar en la sombra al Bronco y su orgánica relación con el PAN. Acercar a Larrazabal al Bronco será prioridad en la guerra negativa.
El golpe de billetazos no hará que Adrián de la Garza se posicione como segundo lugar. No les funcionó con Rodrigo Medina-Ivonne Álvarez y no les funcionará ahora. Adrián es un buen funcionario público como policía, pero un malísimo candidato. Su segundo lugar en las encuestas pasadas sólo lo obtuvo por los descalabros mediáticos de Samuel García y porque no tenía enfrente un candidato de peso como Larrazabal.
Si en febrero 14 no hay un evidente-tenue segundo lugar en la carrera por la gubernatura de Nuevo León, el camino seguirá despejado para Clara Luz Flores. La batalla por ese segundo lugar, que prefiguraría un voto útil en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador, se dará entre Fernando Larrazabal y Samuel García. Quien improvise, perderá.