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“El Juego de las Tres Palabras”

Por Eduardo Campos Sémeno

Colin Cowherd es un analista deportivo que tiene un exitoso programa de tres horas diarias en las plataformas de Fox en Estados Unidos. Durante la temporada de la NFL, Colin hace un segmento los lunes que llama “El Juego de las Tres Palabras” y —obvio— con tres palabras describe y resume cada encuentro que se jugó en esa jornada de la competencia y explica por qué aplican esas descripciones.

Como el ejercicio se me hace ingenioso y divertido, le tomé prestada la idea en este arranque de la pelea por la gubernatura de Nuevo León y a continuación aplico “El Juego de las Tres Palabras” a los aspirantes anotados para iniciar campañas, en relación a su posición en estos momentos de la contienda. Así es que, como dice el propio Colin, “here we go” (aquí vamos).

Fernando Larrazabal: “Huele a banca”.

No necesitamos saber o siquiera especular por qué el ex alcalde de San Nicolás y Monterrey desapareció por unos años de la esfera pública y política. Él dirá que por motivos personales y otros pensarán que debido a escándalos, simplemente ya no tuvo nuevas oportunidades.

El caso es que su regreso parece forzado, primero porque su nombre se manejó como de última hora en la contienda albiazul y segundo porque en sus primeras apariciones se ha visto desencanchado, poco vigente y como tratando de ponerse al corriente después de estar en la banca.

Puede tener currículum reconocido, pero por ahora la primera reacción que levanta en la población es “¿¡Larrazabal sigue vivo!? (políticamente hablando)”, más que verse como solución para el Estado. No por nada Felipe Calderón lo aplastó en Twitter hace días cuando lo exhibió como cuarto lugar en una encuesta y culpó al PAN de postular candidatos “que responden a acuerdos, intereses de grupos internos y no a las preocupaciones y demandas de los ciudadanos”.

No es la primera mujer candidata a la Gubernatura, pero sin duda la alcaldesa de Escobedo es la primera que se ve como legítimo “gallo a vencer”, pues está bien plantada desde hace meses en la delantera de la contienda, por razones bastante explicables.

Clara Luz Flores: “Gusta para Gobernadora”.

Clara Luz Flores ha tenido muy exitosas gestiones al frente de un municipio que, sólo por su tamaño territorial y su acelerado desarrollo urbano, plantea enormes retos administrativos y sociales. Además de que tiene fuerte simpatía personal, Clara Luz también ganó muchos puntos políticos cuando renunció en los tiempos exactos a un PRI estatal infestado de medinistas.

El reto para ella será hacer que sus méritos personales sean suficientes para que voten por Morena incluso aquellos nuevoleoneses, típicos lectores de El Norte, que le han puesto las cruces a AMLO y a su partido. Para el resto de la población que no es tan radical, Clara Luz resulta una candidata muy balanceada que bien podría ser electa la primera mujer gobernadora en un estado que en materia de Poder Ejecutivo ya fue priísta, panista e independiente.

Adrián de la Garza: “Medinismo puede hundirlo”.

Nunca nadie ha podido acusar al alcalde de Monterrey de ser buen candidato, pero es cierto que el también exprocurador ha dejado atrás su acartonada personalidad inicial que nomás no transmitía a la hora de andar en campaña.

Aún así, ni esos avances personales pudieron librar a Adrián de una muy extraña reelección hace tres años, cuando inicialmente perdió, su adversario Felipe de Jesús Cantú llegó hasta recibir constancia de mayoría, para que los tribunales decretaran al final una histórica segunda elección que de alguna manera mantuvo al priísta en el poder.

Pero esa historia adversa no es el principal punto débil del candidato tricolor, su verdadero handicap se llama medinismo. Hace seis años, el repudio popular a la administración tricolor de Rodrigo Medina era tal que impulsó el voto alejado de los partidos y catapultó a una victoria de 2 a 1 al independiente Jaime Rodríguez Calderón.

En 2015 los nuevoleoneses rechazaron en las urnas al medinismo, pero los priístas estatales lo mantuvieron vivo y coleando al grado de que hoy es la corriente que domina al PRI de Nuevo León. Entonces, nomás no se ve cómo podrían ganar ahora los mismos candidatos medinistas y sus medinistas manejadores que representan una de las peores versiones históricas del PRI estatal.

Samuel García: “¿Cómo ganó Senaduría?”.

Concedo, de entrada, que estoy muy lejos de la demografía pretendida por los “cibercandidatos” como Samuel García y Luis Donaldo Colosio Riojas, pero aún así me elude alcanzar a entender cómo es que —por ejemplo— Samuel logró los votos hace tres años para llegar al Senado por mayoría relativa, junto con Indira Kempis.

Sin entrar siquiera a evaluar las políticas de su partido, que gracias a Enrique Alfaro se ha convertido en la Derecha de la Derecha en México, el senador García mantiene posturas personales a las que no se les ve fondo ni sustancia. De él he visto cuestionamientos genéricos a todos sus contrincantes, pero ningún plan concreto que indique que puede gobernar con seriedad y equipo un estado.

Las frases capciosas y los incontables videos en redes sociales, que incluyen memes auto sembrados, se antojan ganchos para los votantes jóvenes y menos politizados, pero no suficientes para crear una candidatura con posibilidades reales de triunfo.

Proceso electoral 2021 de Nuevo León: “Urge Segunda Vuelta”.

Me parece increíble que los avances en la legislación electoral de México hayan dado ya una herramienta para revertir un triunfo electoral, vía la Revocación de Mandato, pero aún no se haya incluido un mecanismo muy utilizado en el mundo para decidir los triunfos demasiado cerrados y —especialmente— las victorias tan fraccionadas en las que ningún candidato obtiene la mayoría.

Me refiero a la Segunda Vuelta Electoral que en muchos países se usa para definir elecciones. Si hay cuatro candidatos que se dividen los votos, ¿para qué conformarse con darle el triunfo a la minoría más alta, si se puede hacer otra elección rápida entre los dos más populares y así definir a un ganador masivo?

Es obvio que para esta elección estatal ya nada se puede hacer en ese asunto, pero pues es una idea que podría ahorrar muchas batallas legales futuras.

Hasta ahí queda la primera entrega de “El Juego de las Tres Palabras” en esta contienda electoral que nos ocupará con intensidad los próximos cuatro meses.

Reacciones y comentarios se reciben en ecampos50@gmail.com.

Fuente:

Vía / Autor:

// Eduardo Campos

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Autor: stafflostubos
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