Por Eloy Garza González
Ahora resulta que AMLO está “atrapado” en una tormenta perfecta porque postuló a Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero. Si el Presidente no hubiera querido quedar “atrapado”, simplemente no hubiera respaldado a un fulano acusado de abusos por parte de seis mujeres. Por supuesto, existe la presunción de inocencia, pero las acusaciones se han procesado desde hace muchos años, y han sido tapadas con un manto de impunidad que en nada beneficia al denunciado.
Estas presuntas violaciones no son “ingredientes adicionales”, a las controversias que carga este personaje guerrerense: son el principal obstáculo para que Salgado Macedonio pueda asumir cualquier candidatura, en tanto no aclare su situación ante los tribunales.
Tampoco es atenuante que Salgado vaya arriba en los sondeos de popularidad o que paradójicamente se perfile como virtual ganador en los comicios. En estos casos, las encuestas pasan a segundo término. Se trata de un personaje que representa lo peor del machismo depredador, al que se le ha denunciado inútilmente, porque las autoridades públicas lo han solapado. Así de simple.
Si con todo y eso, AMLO, Morena o la 4T deciden que sea su candidato a gobernador, pues tendrán que asumir las consecuencias de esa nominación. Pero no le valdrán a los promotores de semejante despropósito descalificar sin más a las mujeres que se sienten agraviadas, ni a los críticos que han alzado la voz. En el juego de sumas y restas que implica defender a políticos impresentables, lo que se pone en entredicho no son los réditos electorales sino el mínimo sentido de justicia.
Dicen que el Presidente no puede sacar de la jugada electoral a Salgado Macedonio porque tendría que sustituirlo por el ex delegado en Guerrero Pablo Amílcar Sandoval, hermano de Irma Sandoval, (titular de la Secretaría de la Función Pública) y cuñado del académico John Ackerman. Y resulta que Amílcar ha sido acusado de gastar dinero público en su promoción personal. Entonces tendríamos qué preguntarnos: ¿qué es peor, un acusado de desfalco o un acusado de abuso sexual? ¿Acaso en un Estado con más de 3 millones y medio de habitantes, la elección del candidato de Morena sólo puede reducirse a estas dos opciones vergonzosas? Pobres guerrerenses. Pobre México. No le pedimos al Presidente ni a Morena que sacrifiquen sus costos políticos, les exigimos algo menos etéreo, más simple, más concreto: que no postulen a Félix Salgado Macedonio. Punto.