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Por Francisco Tijerina Elguezabal

“Nunca pierdas el tiempo lamentando errores. Basta con que no los olvides”
William Faulkner

Valdría la pena en el inicio de la etapa de vacunación en adultos mayores que se realiza en la CDMX, que nuestras autoridades fuesen tomando detallada nota de los errores de logística y organización que han derivado en protestas, a fin de que cuando corresponda implementar estos operativos en Nuevo León estos no se repitan.

Para lo anterior, antes de ajustar procedimientos se requiere de una palabra mágica: voluntad. Es necesaria la voluntad de todas las partes involucradas, especialmente de los representantes del Gobierno federal, para corregir las fallas y coordinarse de una manera eficiente con otras instancias que puedan resultar de utilidad.

No hay que perder de vista que el objetivo es vacunar a la mayor cantidad de personas posibles en el menor tiempo, evitando que estos adultos mayores pasen largas horas a la intemperie formando largas filas.

Tomar ejemplo de la manera en que se han aplicado las vacunas en otros sitios del mundo pudiese ser de utilidad.

Una posibilidad sería hacerlo mediante el esquema de drive-thru, como en el caso reciente de las vacunas contra la influenza, formando filas por horarios prestablecidos mediante citas, de manera que cada auto que fuese llegando se forme en la línea correspondiente y una vez ahí se corrobore que efectivamente está inscrito en esa lista y en ese horario; esto para evitar la verificación a priori que formaría un enorme colapso al ingreso.

Se supone que al solicitar la inscripción en el sistema remoto vía web se estaría delimitando geográficamente la aplicación de las vacunas, de manera que fuera por colonia, barrio u zona de la ciudad, lo que reduciría enormemente el número de personas en las filas y agilizaría la aplicación.

Lo que sí no se puede hacer es repetir el esquema que vimos se utilizó en algunas localidades del interior del estado en la que personas sin cita eran aceptadas por el sólo hecho de tener más de 60 años. Para ellos habría que diseñar un esquema especial y uno o varios lugares para que ahí les sea aplicada la vacuna.

Sería ideal el poder contar con unidades móviles (no se requiere de gran parafernalia, sino de simples autos, así sean taxis, que lleven a dos o tres personas a vacunar a domicilio a aquellos adultos mayores que tienen problemas de movilidad. Asignar un número telefónico para registrar este tipo de casos y diseñar rutas de aplicación por zonas podría ser una buena iniciativa.

El coronavirus nos ha enseñado que hay situaciones y circunstancias para las que no estábamos preparados y la dinámica de una vacunación masiva forma parte de ello, por lo que resulta fundamental el aprender pronto de lo que se hace mal para corregir sobre la marcha e ir avanzando en la protección de nuestras comunidades.

ftijerin@rtvnews.com

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Vía / Autor:

Francisco Tijerina Elguezabal

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Autor: lostubos
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