Por José Jaime Ruiz
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@ruizjosejaime
Casualidad o causalidad, tal vez sincronía, timing; en todo caso: ostensibilidad. Primero, la aprehensión de Emma Coronel, esposa de Joaquín “el Chapo” Guzmán, afueras de la ciudad de Washington, D. C.; después una declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador especulando sobre el caso e introduciendo el nombre de Genaro García Luna; tercero, pedir el desafuero del gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusa a Emma Coronel de conspirar para introducir a ese país 1 kilo o más de heroína, 5 kilos o más de cocaína, mil kilos o más de marihuana,500 gramos o más de metanfetamina. En realidad se trata de romper el enlace del “Chapo” Guzmán con el exterior. No más el “corre, ve y dile”.
La lectura del presidente López Obrador se dio de inmediato: “Es un asunto que deciden en Estados Unidos. La detienen; su esposo también está detenido… también agreguen que está detenido el que era secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Calderón, acusado de recibir sobornos del señor Guzmán Loera”.
Y deslizó: “A lo mejor por eso también es la detención, de cómo se daba la relación, cómo se llevaba a cabo el contubernio porque eso también fue un distintivo de los gobiernos neoliberales: la asociación delictuosa entre autoridad y delincuencia… no se sabía dónde terminaba la delincuencia y comenzaba la autoridad”.
¿Por qué la Fiscalía General de la República pide el desafuero de Francisco Javier Cabeza de Vaca? Delincuencia organizada, operación con recursos de procedencia ilícita, defraudación fiscal equiparada. La investigación también toca a sus familiares cercanos.
El sitio EME/EQUIS publicó el 15 de septiembre del año pasado:
“El documento clave de esta historia tiene fecha del 17 de junio de 2015 y fue colocado en la categoría de ‘clasificado’, ese amplio cajón donde los gobiernos archivan sus secretos.
“El contenido es de apenas una cuartilla, bajo el folio 168MATAMOROS182_d, y fue redactado en las oficinas del diplomático Tobin Bradley, un experto en la lucha antidrogas que en aquel año trabajaba como cónsul general para Estados Unidos en Matamoros, Tamaulipas. El título del documento no deja dudas: ‘Encuentro de Francisco Javier García Cabeza de Vaca con el señor Guzmán Loera’.
“De acuerdo con el expediente que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) mantiene abierto contra el señor Francisco Javier García Cabeza de Vaca, es muy importante comunicarle que en el mes de febrero de 2012 esta persona sostuvo una serie de encuentros con el señor Genaro García Luna y que una de esas citas se llevó a cabo en la ciudad de Cabo San Lucas, Baja California.
“La información recabada por el área de Inteligencia de la agencia antidrogas DEA indica que el señor Joaquín Guzmán Loera estaba el mismo día en esa misma ciudad y que por la cercanía entre el señor Joaquín Guzmán Loera y el señor Genaro García Luna, todo indica que las personas mencionadas sostuvieron una reunión”.
La referencialidad es obvia. ¿Hasta dónde llevará la carpeta de la FGR? Lo evidente, en todo caso, es que no sólo se trata de las elecciones del 2021 y el 2024… aunque también.