El Papa Francisco se reunió el sábado pasado con el Ayatolá Sayyid Alí Al-Husayni Al-Sistani, líder de la comunidad chiíta de Iraq, en la casa de este, ubicada en Nayaf cerca del santuario de cúpula dorada del Imán Alí y a 160 kilómetros de Bagdad.
El encuentro duró aproximadamente 45 minutos, el pontífice agradeció al líder chiíta, de acuerdo con El Vaticano, por sus acciones para defender a los más débiles y perseguidos. Además, hablaron sobre los retos a los que se enfrenta la humanidad actualmente.
Al-Sistani se enfocó en la pobreza, persecución religiosa e intelectual; la ausencia de justicia social, principalmente en las guerras; el bloqueo económico y el desplazamiento de muchos pueblos en la región, sobre todo del pueblo palestino en los territorios ocupados. También destacó la importancia que tienen los líderes religiosos y espirituales para frenar estas tragedias. Además, instaron a las grandes potencias a actuar con sabiduría y rechazar la guerra.
Es la primera vez que se realiza una reunión entre un Papa y un Ayatolá chiíta. Por lo que es un suceso histórico en un país desgarrado por la violencia. Asimismo, el líder ayatola destacó que la vida humana es sagrada y la importancia de que el pueblo iraquí se mantenga unido.
El Papa Francisco comentó la importancia de que exista colaboración entre las comunidades religiosas a nivel mundial, según la Santa Sede. Asimismo, compartió en su cuenta de Twitter varios mensajes sobre el viaje apostólico a Iraq.
Fotografía: Regeneración