Por Francisco Tijerina Elguezabal.
“Luz y sombra, cara y cruz, noche y día… así es la vida”
Yomero
Rindo homenaje a esa extraordinaria y educada voz del saltillense de origen y regiomontano por adopción que fue Carlos Saucedo Rubí quien hace años ganó fama y notoriedad en la TV de Monterrey al hacer una pequeña sección en un noticiero titulada “lo bueno y lo malo” en la que contaba hechos, sucesos y detalles de la ciudad.
Lo recuerdo porque no ha sido una, sino múltiples las ocasiones en que he criticado las formas y maneras que tiene de conducirse y manejarse el candidato a la gubernatura Samuel García, sin embargo, hoy debo reconocerle una buena.
O Samuel ya entendió o le pusieron a alguien que lo hiciera entender, porque su desempeño en la entrevista que le hizo Víctor Trujillo, en Latinus, fue francamente sensacional. Quedan aún rescoldos, atisbos de una soberbia que le ha distinguido, ademanes y frases, posturas que desnudan al verdadero Samuel, pero hay que reconocer que controló la lengua y que aceptó que en el pasado cometió graves errores.
El chamaco naranja dejó ver propuestas, ideas claras, sólidas, de vanguardia y necesarias para nuestro tiempo y eso es de aplaudirse.
El punto es ver si aguantará lo que resta de campaña sin volver a las andadas.
Pero como todo en la vida y como en la sección de Saucedo Rubí, también hay lo malo, así se empecinen en tratar de modificar la verdad algunos y esa versión de lo malo está en su compadre Luis Donaldo Colosio.
Al aspirante mirindo a la alcaldía de Monterrey le reconocimos en su momento su campaña en la CDMX utilizando (nunca mejor empleado) la figura de su padre, pero nadie le explicó o sus asesores están muy verdes, que una cosa es la campaña allá y otra muy distinta es lo que tiene que hacer en el terreno local.
Colosio ocupa campañas paralelas. Una con fuerza en la capital del país en donde el eje sea la figura de su padre y otra, de propuestas, ideas, respuestas y soluciones, a nivel de cancha en Monterrey, porque no puede usar la misma en ambas partes.
Y es ahí donde falla Luis Donaldo, poniéndole pirotecnia y mucha crema a los tacos, victimizándose en todo momento, despertando lástima cuando lo que los regiomontanos ocupan es fuerza, capacidad, conocimiento de la problemática e ideas para resolver las cosas.
Lo bueno y lo malo, ni más ni menos, como decía el recordado maestro Saucedo Rubí.