Por Obed Campos.
No es un secreto que el Sistema de Transporte Colectivo Metro, Metrorrey, en el área metropolitana de la capital de Nuevo León, no pasa precisamente por su mejor momento, aunque hay que reconocer el esfuerzo para echar a andar la Línea 3, la cual por mucho tiempo amenazó con quedarse como un “elefante blanco”.
El penúltimo director de Metrorrey, Noé Chávez, (quien era mejor charro que funcionario público) dejó tras de sí un desgarriate y se fue a competir, no a una charreada sino tras el sueño guajiro se alcanzar la alcaldía de Juárez, Nuevo León, municipio conocido como “la Capital del Tamal”, por aquello de que uno de cada dos habitantes se dedica a cocinar esas delicias.
Pero volviendo al tema del Metro, algunos pocos eventos muestran que la administración de ese sistema colectivo no ha puesto sus barbas a remojar, o no las ha remojado bien, tras la tragedia de la “línea dorada” de la Ciudad de México.
Por ejemplo, los nuevos vagones chinos recientemente adquiridos por el Gobierno del Estado fueron vandalizados con grafitis tanto al interior como al exterior por sujetos que huyeron y publicaron su fechoría en redes sociales.
Juan Carlos Holguín Aguirre, director de Metrorrey, explicó que los daños fueron reparados, lo cual tuvo un costo de más de 8 mil pesos.
Rocío Montalvo, representante del colectivo Únete Pueblo, denunció, por otro lado, que la empresa que daba mantenimiento a la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, donde ocurrió el accidente que dejó al menos 25 muertos, es la misma que suministró las piezas “patito” para la Línea 3 de Metrorrey.
Montalvo reveló que la compañía de nombre Tso-Nge que se encargaba de dar ese servicio a la Línea 12, en la capital del país, es la misma que suministró 81 mil 500 sujetadores de la marca Vossloh, los cuales señaló la Auditoría Superior del Estado no cumplían con las especificaciones técnicas.
Encima, cientos de usuarios del Metro se quedaron varados por más de 15 minutos en la estación Sendero en la Línea 2 del Metro, en plena hora pico (7 de la mañana) y algunos quedaron atrapados al interior del vagón.
La situación, que no fue bien explicada afectó a miles de ciudadanos en su jornada laboral. Mientras era la espera se vio congestionado el espacio sin respetar la sana distancia.
Y las quejas siguen y siguen, pese a que hay destinados 36.7 millones de pesos para mantenimiento de las Líneas del Metro, hay denuncias de que Metrorrey dejó en el olvido las Líneas 1 y 2, y todo se centra en la nueva Línea 3.
Lo que no sabemos es si acá en Monterrey no han visto las barbas… o no encuentran el rastrillo.