Por Carlos Chavarría
El sistema electoral nos dio la oportunidad de elegir y así ocurrió, el problema de siempre es que volvimos a votar para rechazar, en este caso, de concentrar más el poder en una sola persona, pero no sabemos qué es lo que recibiremos por este nuevo movimiento del péndulo electoral.
Los que resultaron electos por la simple excepción no tuvieron necesidad de diseñar algún proyecto de vanguardia que superara a la gobernanza actual para convencernos, al igual que el oficialismo nada más tuvieron que sentarse a promover el miedo y con eso fue suficiente, nada despreciable por supuesto, pero del todo enano e insuficiente para el tamaño de nuestros problemas y el potencial de nuestras oportunidades.
Ni siquiera importo el perfil de habilidades y experiencia de los contendientes de cualquier partido, hubo todo tipo de personajes y de muchas destrezas sin lugar a dudas, pero no las que se requieren, es fácil concluir que los siguientes años serán más de lo mismo, más línea, más voto en bloque.
En una campaña electoral contaminada por todo tipo de desinformaciones y falsedades, lanzadas a partir de todos los centros de poder imperantes, además de la terquedad presidencial de estar presente todos los días para ayudar al partido de su propiedad, no hicieron sino concentrar la voluntad electoral en un solo punto: acabar con MORENA.
Triste papel el de los medios de comunicación que usaron todas sus posibilidades para meterse también en la boleta virtual a favor o en contra de sus intereses e inclinaciones. ¿Dónde quedó la objetividad?
Seguiremos en manos del presidente, gobernadores y alcaldes de turno, que podrán hacer y deshacer a su antojo, si es dentro de la ley qué bueno, y si no, ni modo, esperen la siguiente oscilación del péndulo electoral para que se desquiten.
“La mente es como un paracaídas, solo funciona si se abre”. // Albert Einstein.