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Por Francisco Tijerina Elguezabal

“El hombre sensato cree en el destino; el voluble en el azar.” // Benjamin Disraeli

La diputada local de Nuevo León, María Guadalupe Guidi Kawas, está lo bastante grandecita para andar jugando al viejo juego infantil de “las sillitas”, aquel donde colocaban a un grupo de niños alrededor de sillas encontradas de tal suerte que siempre hubiese una menos y que tuviesen que caminar a su alrededor al sonido de la música hasta que esta se detenía y todos tenían que buscar sentarse, quedando eliminado quien no encontraba asiento.

La diputada Guidi llegó por la vía plurinominal postulada por Morena, sin embargo a pesar de que la actual legislatura aún no inicia formalmente sus trabajos, ella ya se dio el lujo de abandonar su bancada en dos ocasiones, porque primero dijo que se iba a Movimiento Ciudadano, luego se desdijo argumentando que se trataba de un error y finalmente aceptó que del color guindo se pasaba al naranja.

Con la linarense no cabe el pretexto de que es nueva en estas lides. Ha sido, siempre por el PRI, dos veces diputada federal suplente y una vez diputada local, por lo que conoce el teje y maneje del Congreso local.

Resulta claro, por lo menos ahora, que su “salto” del PRI a Morena fue por puro oportunismo político, mismo que aprovechó a la perfección y que le dio el resultado que ella esperaba, llegar a una curul del Congreso local, sin embargo al no conseguir el triunfo el partido del presidente, antes de iniciar las hostilidades consideró que le iría mejor si se “amacizaba” cambiándose al partido del gobernador electo.

Estos actos de triple giro inverso con mortal invertido y sin red protectora no son obra de un designio divino que por la noche despertó a la legisladora indicándole que su camino estaba en la senda naranja, claro que no, como tampoco lo fue su transformación de tricolor a buscar cobijo con Clara Luz Flores.

La bancada de Movimiento Ciudadano, minoritaria en el Congreso, sumó de la noche a la mañana a una integrante, ¿qué le dijeron, qué le prometieron, qué le dieron para convencer a la diputada de Linares para cambiarse de partido?

Lo menos que podemos pensar es que si no existe congruencia y lealtad a quien te lleva al cargo, tampoco habrá compromiso con los ciudadanos, porque el único interés es el personal, llegar al poder y obtener beneficios, es lo único.

La señora es diputada, a pesar de llegar por la vía plurinominal, de todos los habitantes de Nuevo León y sus decisiones, voto y actuación, nos afectan por igual a todos. Cambiar de bancada no es como cambiar de ropa, implica serios compromisos que hoy provocan que sin haber tomado parte en ninguna actividad en la actual legislatura, Guidi ya tenga encima la enorme mancha de la traición y la desconfianza de los ciudadanos.

¡Ya no juegue a las sillitas diputada!

ftijerin@rtvnews.com

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// Francisco Tijerina

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Autor: stafflostubos
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